Un total de 1.283 goles anotó Edson Arantes do Nascimento 'Pelé' durante los 1.367 encuentros que disputó en 21 años como futbolista profesional, una carrera plagada de éxitos que le erigió para siempre como uno de los mejores futbolistas de la historia del fútbol.

En ese millar de tantos, logrados en partidos oficiales y amistosos, hay dos que estuvieron a punto de subir al marcador, pero no lo hicieron, y que aún permanecen vivos en la memoria de los aficionados al fútbol como los legendarios 'casi' goles de O Rei.

Ambos se produjeron durante el Mundial de 1970, el último en el que el carioca vistió la camiseta de la canarinha. Esa edición, el mítico delantero retornó de su retiro en la selección brasileña para liderar a Brasil a la final y levantar su tercera Copa del Mundo.

El disparo desde el centro del campo

El día que Pelé debutaba en la Copa del Mundo de México dejó una exhibición que difícilmente podrá ser olvidada algún día. Fue el 3 de junio de 1970 ante Checoslovaquia. Ese día la 'verdeamarela' vencería con una goleada por 4-1, con un gol y dos asistencias de O Rei. Pero no sería la abultada victoria lo que más llamaría la atención de los aficionados de todo el mundo, si no el espectacular golazo que estuvo a punto de marcar el '10'.

Desde una distancia de más de 60 metros, aún en su propio campo, el brasileño se sacaría de la chistera un espectacular latigazo para sorprender al guardameta checoslovaco. El balón se marcharía desviado por muy poquito, rozando el exterior de la red por el lado derecho.

El regate al portero 

En esa misma cita mundialista, Pelé protagonizaría otra jugada mágica que estuvo muy cerca de terminar en gol. Con la semifinal de un Mundial como escenario, y en el mismo estadio que en su estreno le había visto intentar un disparo desde el círculo central del terreno de juego, el carioca volvería a dejar boquiabierto al mundo del fútbol.

Ocurriría ante Uruguay, cuando la canarinha ya mandaba en el encuentro por 3-1. Jairzinho recuperaría un balón en el centro del campo y se la dejaría a Tostao, que sin oposición avanzaría un par de metros para terminar metiendo un pase entre líneas con O Rei como destinatario. Lejos de controlar el esférico, el '10' la dejó pasar, sorprendiendo al portero, para recogerla con la portería vacía. Cuando parecía que el gol estaba hecho, su disparo se fue lamiendo el palo izquierdo, demasiado cruzado.