Álvaro Martín, de la decepción mundialista al doble cetro continental en los 20km marcha

Álvaro Martín celebra su medalla de oro en Múnich.
Álvaro Martín celebra su medalla de oro en Múnich.
EFE
Álvaro Martín celebra su medalla de oro en Múnich.

Álvaro Martín cruzó la meta en Múnich cerrando el puño y celebrando con rabia. El atleta extremeño se acababa de proclamar campeón de Europa en los 20km. marcha después de haber ofrecido una auténtica exhibición en una prueba que terminó dominando en los kilómetros finales. Tenía motivos para la alegría, sobre todo después de su tropezón en el Mundial de Eugene de hace un mes.

El año pasado, Álvaro Martín consiguió un meritorio cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Se quedó a las puertas del podio, pero dio toda una lección de pundonor y esfuerzo. Era su tercera cita con los aros olímpicos. Sin embargo, después de aquello las cosas se torcieron en el Mundial de 2022 para el marchador.

Llegó a Eugene con la moral muy alta después el oro en el Campeonato Iberoamericano celebrado en La Nucía en el mes de mayo, pero no tuvo su mejor día en Oregon. Martín terminó en una decepcionante séptima posición en el Mundial.

"Voy con la venganza en la cabeza. En los Juegos Olímpicos de Tokio acabé cuarto y desde entonces pienso que no me puede volver a pasar", declaraba el extremeño antes de viajar a Estados Unidos para la cita mundialista. Esa venganza no llegó y su resultado estuvo bastante lejos de lo esperado al acabar séptimo.

De este modo, Álvaro Martín aterrizó en Múnich con dos espinas que sacarse, la primera con un año de antigüedad en forma de Juegos Olímpicos y la segunda y más importante de hacía un mes en el Mundial. Y vaya si lo hizo. El marchador planteó una carrera muy inteligente y dio el paso adelante que quería y, prácticamente, se exigía a sí mismo.

Con gesto serio, refugiado en la oscuridad de sus gafas de sol, Álvaro Martín decidió que el kilómetro 14 de la prueba en el Europeo de Atletismo era el momento de dar un golpe sobre la mesa. Cambió de ritmo y dejó atrás al sueco Perseus Karlstrom y a su compatriota Diego García Carrera. Tras su fiasco en Eugene dijo que "habrá que analizar en frío, pero toca seguir trabajando para mejorar los últimos kilómetros". Así fue.

A partir de ahí sólo miró hacia atrás cuando entraba en la larguísima recta final, para confirmar que iba tan sobrado como el resto llevábamos un rato viendo por televisión. Y, sobre todo, para volver la vista al frente y dejar en el pasado su traspiés mundialista, al tiempo que se coronaba campeón de Europa por segunda vez.

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