La pesadilla de Hamilton en Francia: perdió 3 kilos durante la carrera porque no le funcionaba el sistema de bebida

Lewis Hamilton, en el podio del GP de Francia
Lewis Hamilton, en el podio del GP de Francia
AFP7 vía Europa Press
Lewis Hamilton, en el podio del GP de Francia

La imagen de Lewis Hamilton con una toalla húmeda en la cara tumbado en el suelo del antepalco del circuito de Paul Ricard lo resume todo: estaba derrengado. 

El heptacampeón del mundo no podía mantenerse en pie del cansancio que había acumulado no solo por el propio esfuerzo del Gran Premio en sí, sino porque lo hizo con un serio hándicap: no le había funcionado el sistema de bebida.

Hamilton estima que perdió unos 3 kilos por pura deshidratación. "Ha sido una carrera durísima porque mi botella de bebida no funcionó. Ha sido un gran resultado, considerando que hemos estado tan lejos de estos muchachos (Max Verstappen y los hombres de Ferrari) todo el fin de semana", explicaba. "Chupaba de la pajita y no salía nada. Es la primera carrera que hago así", admitía, algo sorprendido por su propia resistencia.

"No me he visto el peso en este momento, pero me imagino que he perdido probablemente alrededor de tres kilos", explicaba.

El piloto británico es uno de los que más se preocupan por el peso y por su estado físico. No en vano siempre va acompañado de Angela Cullen, que más que una fisioterapeuta de su máxima confianza es su mano derecha. Es la que le controla la nutrición, los estados de ánimo, las horas de descanso... De no estar tan controlado, posiblemente no habría podido acabar la carrera ya no en el podio sino entre los clasificados.

El GP de Francia fue uno de los más duros físicamente para los pilotos debido a las altas temperaturas que se registraron. En el ambiente se rondaron por encima de los 30ºC durante todo el fin de semana, mientras que el asfalto llegó a marcar más de 60ºC con una media superior a 50ºC en muchos momentos.

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