David Beckham se hizo famoso en el mundo entero, a parte de su calidad sobre el césped, por su característico golpeo de falta. Una delicia para el espectador y un dardo endemoniado para los porteros rivales, que se temían lo peor cada vez que cogía el balón el centrocampista inglés.  

Gareth Bale, desatado en Estados Unidos: hablando español, animando con un megáfono...

Y parece ser que lo ha heredado su hijo Romeo. El actual jugador del filial del Inter de Miami sorprendió a todos con su temible disparo en una falta, al más puro estilo de su padre. 

En la recta final del partido, el futbolista de 19 años tomó la responsabilidad de ejecutar un libre directo desde más allá de 25 metros y no le tembló el pulso para nada. Con un certero disparo ajustado al poste, en el que llegó a golpear, superó a la barrera y se coló en la portería contraria. Imposible para el portero, que solo pudo volar y ver cómo entraba el balón.

Un gol que desató la locura de sus compañeros, que corrieron a felicitarle tras el espectacular gol de Romeo, que sentenciaba completamente el encuentro frente al filial del Orlando.

Un 1-3 que culminó el vástago de David Beckham, que parece haber tomado el testigo de su padre en cuanto a calidad futbolística se refiera y que, además, es el único que ha seguido sus pasos como jugador profesional.