Puñetazo sobre la mesa del Real Madrid en el primer partido de la final de la Liga Endesa. El conjunto blanco, todavía sin Pablo Laso en el banquillo, pasó por encima de un Barcelona irreconocible en el Palau para llevarse el primer punto (75-88) y asestar un importante golpe anímico a su rival.

Tras un intercambio de canastas inicial, pronto comenzó el conjunto del ‘temporero’ Chus Mateo a marcar las primeras diferencias. Con un excelso Adam Hanga a los mandos y el dominio de los aros de Walter Tavares, no tardaron en llegar las primeras ventajas blancas. Veían los madridistas el aro como una piscina, y la mejor prueba eran los 26 puntos en apenas ocho minutos de juego. Ni la baja de Llull, ni la de Laso en la dirección parecían afectar a los blancos.

El Madrid aumentaba la ventaja en cada minuto, minando la moral azulgrana. Hanga seguía excelso en la anotación y la defensa blanca provocaba un robo tras otro, hasta ocho en la primera parte. El 22-39 marcaba una nueva máxima diferencia, y solo Kuric aportaba algo de anotación con sus tiros exteriores.

A cinco minutos del final, se vivió una acción terrible. Al intentar robarle el balón a un desaparecido Mirotic, Anthony Randolph se dobló totalmente su rodilla y tuvo que abandonar la cancha a hombros y entre gestos de un intenso dolor: todo apunta a otra grave lesión del ala-pívot norteamericano.

Escalofriante lesión de Randolph en el primer Barça - Madrid de la final de la ACB

Hanga metió un triple casi imposible, Poirier se unió a la fiesta merengue y la diferencia se fue hasta los 20 puntos ante el asombro del Palau (29-49). Una gran canasta de Laprovittola no hizo más que maquillar el resultado antes del descanso (31-49).

Tras el descanso, apretó los dientes el Barça, con el objetivo de tratar de acercarse en el marcador. Se llegó a poner a 14, pero no fue más que un espejismo, el Real Madrid volvió a mostrar una gran superioridad basada en una defensa que cortocircuitó a los azulgranas y especialmente a un desacertado Niko Mirotic. La distancia llegó a ser de más de 20 puntos y el resultado al descanso era tan inesperado como demoledor: 51-74.

En el Real Madrid estaba brillando cada jugador que salía. Desde el jovencísimo Juan Nuñez a sus 18 años recién cumplidos hasta el veterano y siempre fiable Jeff Taylor.

Parecía todo ya decidido en el último cuarto, pero el Barça creyó en el milagro. De la mano de Lapro, Jokubaitis y Abrines apretó en defensa y atacó con convicción para recortar 13 puntos: 63-74, todavía había partido, aunque pareciera increíble.

Sin embargo, el Real Madrid no acusó el golpe ni se vino abajo. Apretó de nuevo atrás, se aferró a su superioridad bajo aros y cerró la primera victoria de la eliminatoria.