La primera polémica del partido de vuelta de semifinales de la Champions League entre el Real Madrid y el Manchester City tardó muy poco en llegar. No se había llegado al minuto 10 cuando Daniele Orsato, el árbitro del partido, ya quedó señalado.

La acción la protagonizaron Aymeric Laporte y Luka Modric. El jugador del City estaba protestando, junto a otros compañeros, al colegiado por una falta de Casemiro sobre Kevin de Bruyne, cuando se acercó el croata al grupo. El internacional español le apartó de mala manera y el madridista se revolvió, diciéndole que no le tocara. Se fueron calentando, llegó Vinícius y empujó a un Laporte que se tiró al suelo como si hubiera recibido un golpe fuerte. 

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Aunque es evidente que el central del City estaba fingiendo, Orsato decidió sacar amarilla a ambos.

La acción marcó el devenir del partido, ya que Modric tuvo que controlarse mucho en cada lucha por un balón y dejó claro que el City, como ya ocurrió en la eliminatoria frente al Atlético de Madrid, iba a emplear ese otro fútbol que tan bien enseña Guardiola a sus equipos.