Un gran Atlético sucumbe ante el City, que jugara semifinales contra el Real Madrid

Joao Félix se lamenta en sobre el césped del Wanda Metropolitano.
Joao Félix se lamenta en sobre el césped del Wanda Metropolitano.
EFE
Joao Félix se lamenta en sobre el césped del Wanda Metropolitano.
El Atlético de Madrid ha pagado el "salir a no perder" y se ha quedado fuera de la Champions League. Y lo peor es que ha quedado eliminado por un Manchester City que no es tan fiero como lo pintan, y que ahora se verá las caras con el Real Madrid.
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Orgullo, sentimiento y pasión. Imposible no ver la gigantesca pancarta que cubría un buen trecho del Wanda. No es el estadio rojiblanco de los que necesite interruptor para entrar en ebullición y la afición se alistó desde el primer segundo para la titánica empresa ante las temibles huestes de Guardiola. Nada que reprocharle a un bravo Atlético de Madrid que lo intentó hasta que murió el partido. Como en vísperas le sucedió al Chelsea, ser mejor que su rival no sirvió.

Empezó bien el Atlético, aplicado en la teoría, arrinconando la salida de balón rival, imponiendo su físico sin reparar en medios -véase el leñazo de Felipe a Foden- y moviendo bien la bola. Otra cosa era ya cuando el juego llegaba al área inglesa y las persianas se bajaban, pues tantas ganas había como poca claridad sobre la mejor vía de crear peligro. Griezmann y Joao no sintonizaban y Lemar no bastaba para dirigir las operaciones.

Poco a poco, el Manchester City trató de imponer su fútbol de escuadra y cartabón, y logró mudar el juego al otro campo, coincidiendo más menos con su única y por tanto mayor ocasión de la primera parte, una melé en los dominios de Oblak resuelta con un cabezazo de Gundogan al palo y varios infartos por la grada. No hubo mucho más peligro, pues el Atlético aguardaba bien tapado con sus dos líneas de 5 y 4 jugadores, pero en la otra frontera Joao Félix era Robinson Crusoe, solo en casa. Y así, no hubo más que contar en una primera parte con mucha pasión y aún más miedo.

Las prestaciones del Atlético subieron al comienzo de la segunda mitad, cuando Griezmann hizo acto de aparición -por poco tiempo, pues al rato se fue al vestuario- y los de Simeone tocaron a rebato con tres ocasiones en cadena, acongojando a un City que achicaba agua como podía.

El panorama ya no cambió durante el resto el partido, con el conjunto madrileño percutiendo una y otra vez sobre un rival completamente anulado, la tuvo De Paul, la tendría Correa, Suárez, pero no había forma. Del City, por cierto, ni rastro. Se estaba llevando un baño de consideración y apenas podía oponer sobreactuación para dilatar el juego. Cada choque entre dos jugadores concluía con dos o tres minutos hasta que el balón volvía a rodar.

El Wanda mutó en manicomio durante el último cuarto de hora. La afición empujó todo lo que pudo y su equipo no quiso rendirse, una y otra vez llegaba con la suerte esquiva y la pólvora mojada, y el City seguí en su proceso destructor, que alcanzó su máxima expresión casi al límite del tiempo, cuando Felipe y Foden coincidieron de malos modos junto al córner: el inglés acabó en el suelo y llegó la reyerta, con más de 30 personas en apenas un metro cuadrado. La sangre no llegó al río pero enfangó el partido hasta el final, desconectando a un Atlético que cayó con tanta amargura como orgullo. Fue mucho mejor que su rival, pero terminó apeado, donde Guardiola se encontrará con el Real Madrid.

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Sigue en directo el Atlético de Madrid vs. Manchester City de cuartos de final de la Champions League
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