El olimpismo español se vio sacudido el pasado martes al conocer el positivo en unos test de dopaje de la patinadora Laura Barquero tras los Juegos de Invierno de Pekín. La patinadora artística tuvo un "resultado analítico adverso" al detectarse en su organismo la sustancia prohibida no especificada clostebol, un anabolizante prohibido por la AMA... que pudo haber sido consumido por accidente.
Eso es lo que busca defender ahora Barquero, que según apunta Marca, es el motivo de su positivo. La madrileña habría utilizado una crema que favorece la rápida cicatrización, Trofodermin, para curar algún corte sin saber que esta provocaba la detección del clostebol en el cuerpo.
Sin embargo, esta polémica ya había saltado en 2020 cuando finales de año el estudio 'Deteción de clostebol en deportes: ¿Dopaje accidental?' confirmó esta teoría, tras la realización de una serie de investigaciones hechas con voluntarios que se aplicaron sobre la piel medicamentos y posteriores análisis de orina en los que se detectó la sustancia.
La investigación demostró que tras una aplicación terapéutica de esta crema es posible la detección de su principal metabolito en la orina, lo que supondría una infracción de dopaje. De hecho, el estudio también señala que hasta "un contacto ocasional con la zona de aplicación de otras personas que hayan utilizado la crema puede producir un hallazgo analítico adverso".
Y es que tras el confinamiento en 2020, fueron muchos los deportistas que dieron positivo por esta sustancia en Italia, donde entrena Barquero con su pareja Marco Zandron, por esta sustancia, alertando a los científicos del deporte sobre la relación. También en Brasil, donde el anabolizante se encuentra en un producto ginecológico.
No obstante, pese a ser un posible atenuante, la involuntariedad no exime de un castigo, como ya ha ocurrido en el pasado y, precisamente, con esta sustancia. Así le ocurrió a la esquiadora de fondo y tricampeona en Pekín 2022, Theresa Johaug, hace unos años. En 2017 dio positivo y pese a defender que se había contaminado por accidente con una crema de labios, fue suspendida 18 meses y se perdió la cita olímpica en Pyeonchang.
Ahora, Barquero tiene la posibilidad de pedir un contraanálisis con una nueva muestra que sería remitida al TAS para que sean ellos los que tomen una decisión. Hasta entonces, la madrileña había superado todos los controles previos a los Juegos Olímpicos.
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