La reivindicación de Sara Hurtado: "Si los deportistas no ganamos medallas no se nos considera exitosos"

Sara Hurtado, bailarina sobre hielo
Sara Hurtado, bailarina sobre hielo
Eurosport
Sara Hurtado, bailarina sobre hielo
Sara Hurtado: "Si los deportistas no ganamos medallas no se nos considera exitosos"
Wochit

Sara Hurtado (Madrid, 1992) es una de las estrellas de la danza sobre hielo española y junto a su pareja, Kiril Jaliavin, la primera en conseguir una medalla en una prueba de Grand Prix. Tras su presencia en Sochi 2014 y Pyongchang 2018 se quedó a las puertas de lograr la clasificación para los Juegos de Invierno de Pekín. Sin embargo, eso ha permitido a los aficionados conocer y disfrutar de otra faceta suya, la de comentarista

Sara, ahora experta de Eurosport en esta cita olímpica, charla con SportYou-20minutos sobre Pekín 2022, la danza sobre hielo, el deporte... y sus planes a futuro.

Es un placer tenerla aquí hablando con nosotros pero nos hubiese gustado más que estuviese en Pekín compitiendo.

Si, eso hubiese sido lo óptimo aunque lo estoy disfrutando un montón desde este lado de la competición. Estoy conectando con mi fan interior, de todo el equipo y de todos los deportes, que en el fondo cuando estás ahí tan metido en la competición no les puedes prestar tanta atención porque estás a lo tuyo, a tus horarios, qué es lo que tienes que hacer… así que lo agradezco.

Eso nos ha permitido a los aficionados tener a todo una experta comentando los Juegos. ¿Qué se siente a este lado de los micrófonos?

Mucha emoción. Diferente, pero como conozco a casi todo el equipo porque he compartido competiciones con ellos, lo vives de una manera mucho más cercana porque sabes sus historias, lo que les ha costado llegar ahí y conectas de una manera mucho más profunda y quieres que les vaya muy bien. Estás ahí mandando toda tu energía positiva para que de verdad se vayan con un buen sabor de boca, se vacíen y se vayan contentos de la cita olímpica.

¿Siente más nervios por ellos desde aquí que estando allí compitiendo?

No sabría qué decirte. Un poco sí, en competición notas la vibración del momento, desde tan lejos estás preguntándote si se habrá entrenado bien, cómo se estará sintiendo… cuando estás más cerca si tienes oportunidad de intercambiar unas palabras antes te lo cuentan y dices “vale, está a tope, súper preparado” pero desde lejos esa distancia se nota. Pero confío muchísimo en todos ellos y creo que vienen sorpresas. Bueno, creo que ya están llegando. Súper ilusionada por todos.

¿Quiénes cree que serán los nombres propios de estos Juegos? Ya están surgiendo las primeras estrellas.

Yo creo que Javi Lliso ya se ha puesto su nombre por sí solo en mayúsculas diciendo “estos eran mis primeros Juegos pero mira cómo los empiezo”. Es como madre mía, qué grande. Queralt (Castellet) lleva también muchos años; Ander (Mirambell) también, que en una entrevista contaba que su historia no es de medallas, es de superación, y me veo muy reflejada en eso de lo que habla.

Muchas veces a los deportistas si no ganamos medallas no se nos considera exitosos pero tienes que poner cada historia en su contexto y de verdad ver qué es necesario que pase para solamente estás compitiendo. Muchas veces son esfuerzos titánicos como el de Ander porque fíjate cómo empezó, con ralladores de queso. Me parece una historia que ejemplifica hasta qué punto la meritocracia en el deporte debería ser un poco menos exigente y de verdad contar el esfuerzo real que cada deportista tiene que superar y poner de su parte para llegar a unos Juegos. 

Para la gran mayoría de nosotros, viniendo de deportes de invierno son muchas cosas de romper barreras que luego llegas y la gente normal, acostumbrada a Rafa Nadal, que lo pone muy fácil el tío, dicen “ay, un diploma, qué matados”. Y no. Es que nuestros compañeros de verano hacen que parezca fácil pero no es nada fácil.

¿Qué cree que faltó para lograr la clasificación a los JJ OO?

Un puesto más para España, es lo que faltó. Somos dos parejas con el nivel internacional necesario para estar ahí, incluso para meternos en el top-10 mundial ambas, algo histórico para cualquier disciplina de hielo en España y eso es lo que faltó. Pero este deporte es como es y cada uno hizo su apuesta. Sí que es verdad que Kiril y yo nos arriesgamos bastante cambiándonos los programas, haciendo músicas muy diferentes… Apostamos por nosotros, por lo que nos hizo sentir bien y en ese sentido no lo hubiese hecho de otra forma, así que por nuestra parte yo creo que no hubiésemos cambiado nada de esta temporada, solo que la competición es como es, de repente esas puntuaciones no salen como esperas y este es el resultado pero la verdad que no tenemos esa sensación de remordimiento. En cada competición nos hemos vaciado, hemos estado mejorando una tras otra desde el principio de la temporada hasta el Europeo y eso es lo que uno espera como deportista: hacer su trabajo bien. Luego darle vueltas a lo que no está en tus manos es comerte el coco y sufrir por nada.

"Me gustaría ver es unos Juegos de invierno en España"

A los que no estamos tan metidos en el mundo del patinaje quizás no entendemos la dificultad del cuádruple de Kamila Valieva… ¿cómo se ve desde dentro algo que nadie ha hecho nunca?

El nivelazo de las chicas rusas es algo histórico, es una cosa increíble, porque no solo ha hecho el primer cuádruple en unos Juegos Olímpicos de una mujer, en ese mismo programa hizo tres cuádruples, uno de ellos combinado. O sea, el primero lo hizo solo, limpito; el segundo lo hizo combinado con otro triple detrás; y el tercero fue en el que se cayó. ¡Pero que son tres cuádruples! Dos de ellos en la segunda mitad del programa, que ya estás más cansado. En ese caso, la puntuación base también sube porque los elementos en la segunda parte llevan una bonificación extra. Es algo brutal. La mayoría de los chicos no son capaces de meter esos elementos en su programa y estamos hablando de que las mujeres empezaron a hacer cuádruples en 2002. Los chicos, en 1988. 

Ha sido una generación súper joven que ha hecho que el patinaje lo reviente a niveles estratosféricos. Porque ya no solo te hace un cuádruple limpio y tal, sino que te lo hace con las manos arriba. Para la gente que no controle, a nada que alargas tu centro de gravedad es mucho más complicado girar y mantener la verticalidad, por eso hay una bonificación en la puntuación. Y ella te da cuatro vueltas con los brazos arriba y te lo combina con un triple también con los brazos arriba. Y la caída con unas líneas enormes, con la pierna elevada más de 90º… es como de otro universo. La entrenadora de esta generación está haciendo un trabajazo para empujar el patinaje de chicas que creo que se va a recordar en la historia del patinaje.

*Esta entrevista se hizo antes de conocer el positivo en trimetazidina de Valieva. 

A Simone Biles le advirtieron con su primer Yurchenko con doble mortal carpado de que sería penalizada por hacerlo. ¿Cree que en el patinaje se deben penalizar las rutinas peligrosas aunque sean espectaculares?

Es que si fuésemos por ese lado, el patinaje no existiría. En realidad te estás arriesgando en cada salto que haces, en cada elevación, en transiciones… lo que sí que está penalizado son elementos demasiado acrobáticos, como un back-flip, que no son elementos reconocidos pero los puedes meter como una transición como algo coreográfico pero es algo que recibe una penalización. Además, te puede salir muy caro, no te lo van a reconocer y mejor no jugártela tanto. Entonces en ese sentido, como patinador también montas tus programas para que la dificultad te aporte en la puntuación y no cansarte de más para luego no estar fresco para hacer tus propios elementos.

La controversia está en que el comité técnico, los que diseñan las normativas, buscan la novedad y fomentan que los deportistas y los patinadores podamos ser creativos y traer cosas nuevas. Pero luego te ponen una letra pequeña de dos páginas de “sé creativo pero hazlo en siete segundos, que las manos de tus compañero no te sujeten por encima de tal…”. ¿Así cómo vamos a ser creativos? Ahí está un poco el equilibrio complicado de que el patinaje evolucione creativamente y al mismo tiempo mantener una cierta regulación que guarde la seguridad del deportista y que facilite la manera de medir cada elemento y las dificultades de cada cosa. Yo creo que si se nos diese algo más de libertad alucinarían.

Con la reciente polémica en saltos de esquí con Eileen Gu y Tess Ledeux, ¿cree que hay un trato de favor hacia ciertos países en las puntuaciones?

Esto es lo más humano que hay. En el fondo, a nada que una disciplina depende de un juicio personal, quieras que no va a haber ciertos prejucios o preferencias, y todos jugamos con lo mismo. Hay veces que tienes suerte y cae de tu lado y hay veces que no y con esa pequeña diferencia sales perjudicado tú. Ahora bien, nosotros como competidores sabemos que eso existe y siempre buscamos que las cosas estén tan claras que incluso con un filtro de preferencia sean capaces de verlo. Pero sí que muchas veces frustra pensar que todo lo que tú eres capaz de hacer no va a ser suficiente porque tienes que gustar. Lo que pasa es que hablamos de nivel olímpico y la diferencia entre el primero y segundo o incluso los cinco primeros es muy poco, entonces este tipo de cosas pueden resultar en una primera plaza, la segunda… Yo intentaría motivar a la gente a prestar más atención a lo que hacen los deportistas y no a lo que se juzga de ellos porque pese a que el resultado depende de ese juicio, el estar quejándose por las preferencias hace mucho daño al deporte y los que salen dañado son el deporte y los deportistas.

Yo creo que para eso están los organismos de regulación, cada equipo de jueces, en nuestro caso la ISU, y ellos ya se encargarán de si hay algo chungo, denunciarlo y sancionar o hacer lo necesario. Pero esa es la cosa, en deportes de velocidad que tienes que cruzar la meta si el deportista va dopado le haces un test y sale la sustancia. En este caso, el dopaje es influencias externas. Los deportistas en teoría están limpios. Con este “doping” de tráfico de influencias no puedes hacer mucho.

¿Cree que se debería buscar alguna fórmula para unificar los JJ OO de invierno y verano en un evento?

Para España eso sería la leche pero lo veo muy complicado por la magnitud de la sede. Yo creo que así están bastante bien. A mi me encantaría vivir los Juegos de verano desde dentro y ver las diferencias, que yo no creo que haya tanta, solo que las pruebas son en invierno, hace frío, pero en cuanto a vivencia no creo que sea tan diferente.

Lo que sí que me gustaría ver es unos Juegos de invierno en España. Creo que tenemos ese pensamiento limitante de que España no es de deportes de invierno. Jolín, pues para no serlo, lo que hemos conseguido. Yo añadiría a esa frase un “todavía” al final, porque emitir esa frase de “España no es un país de deportes de invierno” te deja sin opción. Si añades un “todavía”, bueno, hay opciones, no es imposible. Podemos seguir avanzando, seguir creciendo, haciendo cosas desde aquí para facilitar la carrera deportiva a muchos peques que están mirando a Regino (Hernández) y a Lucas (Eguibar) con los ojos abiertos, porque somos muy practicantes de deportes de invierno. 

El ir a esquiar, a hacer snow, es algo muy normal y casi todas las familias se han podido ir en algún momento a esquiar. Está claro que no es lo mismo que no es lo mismo que ponerte un bañador e ir al agua, necesitas cierto poder adquisitivo pero en mi caso, en el patinaje sobre hielo lo considero super accesible. Por lo menos para empezar a practicarlo y probar si te gusta o no. Para un niño es diversión pura y dura. Te ves en un medio resbaladizo, con cuchillas en los pies, que solo hacer una carrera con un amigo es súper divertido que te caes, haces la croqueta, te resbalas… la sensación de estar en el hielo para un niño es brutal y además es súper importante a nivel de control del cuerpo, de motricidad, que los niños están cada vez menos conectados con el uso del cuerpo y más con las pantallas. Para mí son deportes que tienen un potencial que si me dejaran cambiaría un par de cositas.

¿Cuánta gasolina le queda a Sara Hurtado?

Yo creo que la que me diga mi cuerpo y mi motivación. Está claro que ya son muchísimos años. Echo la vista atrás y veo que Sochi fue hace ocho años, yo pienso que fue hace nada, que fue antes de ayer pero es que en noviembre cumplo ya 30 años y quieras que no 30 años para un patinador eres mayor. 

Esta vida también va muy, muy rápida y también son muchos años fuera de casa que eso también se nota un montón y cada vez me cuesta más volver. Veo cómo mis abuelos son más mayores y mis primos no tan pequeños. Noto mucho los extremos: mi familia com más edad la noto mucho más vieja, mi familia con menos edad la veo que de repente tienen mi altura y digo “¿en qué momento ha pasado esto?”. Ahí es cuando me entra el efecto distancia de que me estoy perdiendo muchas cosas pero ahora mismo no sabría decirte. 

Kiril y yo nos estamos dando un tiempo de relax después de la temporada, que ha sido muy cañera, y cuando nos encontremos en calma ahí es cuando se toman las decisiones, con la cabeza fresca, clara y el cuerpo relajado.

En una entrevista hace poco tiempo dijo que cuando se retirase pensaba en volver a España. ¿Con qué planes?

Me gustaría muchísimo poder traer toda mi experiencia a casa y poder brindársela a nuevas generaciones y de aplicar todo lo que he aprendido, todo lo que me ha pasado para que otros patinadores no tengan que pasar las penas que yo he pasado, por así decirlo. Creo que sería lo mejor aplicar todo lo que me llevo a mis espaldas y compartirlo, para empezar, y que la danza sobre hielo española no se quedase solo en un par de afortunados, sino que el proyecto que empezó en su día con la antigua Federación de Deportes de Hielo de verdad germine y tenga cosecha para muchos años, porque ya solo en Madrid la carrerilla que está cogiendo la pista de Majadahonda y del Palacio de Hielo creo que es para hacerse ver porque están ocupadas desde 6 de la mañana hasta 12 de la noche. 

Por eso te digo, cuando la gente me dice “es que no somos un país de deportes de hielo”… vente un día a la pista de Majadahonda y ve por ti mismo porque alucinas con la pasión y el talento de los niños. Siempre que las familias también pongan de su parte porque en parte nuestra generación ha salido adelante por las familias. Somos una generación de familias entregadas, yo se lo debo todo a ellos, que me llevasen a entrenar, que fuésemos a Francia en verano a entrenar, de darme lo que no tenían por y para perseguir mis sueños de llegar a unos Juegos y fíjate, he llegado a dos. Creo que en España todavía vamos a necesitar ese apoyo más familiar y esperemos que en un futuro las condiciones sean otras y que a nivel internacional no nos tengamos que ir a entrenar fuera, que tengamos aquí una buenaza se profesional con horas de hielo, instalaciones y entrenadores para que el equipo español siga creciendo.

En La Resistencia contó que en sus ejercicios no pueden estar más de siete segundos en el aire. ¿Cuál es la norma más “curiosa” de la danza sobre hielo?

Hay muchos. La de los siete segundos en elevaciones es curiosa porque tienes que ir contando. Vas “un Misisipi, dos Misisipis…”, tal cual. Luego hay otra a nivel vestuario que no puedes dar la impresión de desnudez de más del 50% de tu cuerpo. Si las chicas llevamos la espalda destapada tenemos que cubrirnos todo el frontal, algo que hace unos años no estaba vigente. Y claro, había algunos vestuarios que parecían más ‘show business’ que otra cosa y tuvieron que hacerlo para profesionalizarlo y recordar que esto no es cabaret, que estamos compitiendo. Es algo muy curioso porque también al diseñarte los trajes tienes que tener cuidado porque hay veces que no son super exhibicionistas pero si de repente te pones un escote que si te abres un poco más la espalda la has liado. Ahora podemos llevar pantalones en ambos programas pero antes no. 

También si se te desatan los patines en medio del programa te paran la música y cada segundo que estás parado te ponen deducciones. Ese tipo de cosas, antes de salir al hielo, estamos muy, muy pendientes porque si se te cae algo al hielo, deducción, si se te cae algo al suelo, deducción… hay una ristra de cosas que tienes que estar a mil cosas. Pero todo eso va en el proceso creativo del programa, lo de repasar la normativa es cuando estás montando tu herramienta, que va a ser tu programa, que tienes que darle un repaso exhaustivo a todo. Por ejemplo, el programa corto no puedes estar parado antes de patinar más de diez segundos. Tienes que ir repasando al segundo.

Por si no tenían suficiente con todo el programa que tienen que preparar, además hay que estar pendientes de todo esto…

Claro, y por eso son temporadas tan largas las nuestras, en el fondo no tenemos pretemporada de meses, tenemos que empezar a crear muy pronto. Para que todo esto se haga mecánico necesitas muchas repeticiones, mucho repaso, mucha tralla, para que un programa esté completo. Tardamos tres meses por lo menos en rodarlos.

¿Tiene algún programa favorito de los que ha hecho?

Los dos programas de esta temporada me han encantado. El corto es pura diversión patinarlo y el largo es caña y potencia y me gusta cómo ha quedado. El programa corto de Santana de Pyongchang, el programa largo de Orobroy que lo montamos con Antonio Najarro… yo creo que todos los programas que hemos hecho Kiril y yo tienen algo bonito. Los recuerdo todos con mucho cariño.

¿Cuál ha sido su mayor varapalo? ¿Y cómo lo superó?

Yo creo que la lesión de hombro porque no solo a nivel físico, también a nivel psicológico, porque veníamos del confinamiento que pasé mucho tiempo sola, volvíamos a entrenar y lo cogíamos con mucha ilusión y muchas ganas y de repente a las dos semanas me parto. Además haciendo un movimiento sencillo que a lo mejor, como hablábamos antes, si llega a ser algo complicado mentalmente piensas que tiene sentido. Me he venido arriba, he hecho algo muy loco y vale, me he caído. Pero siendo algo super sencillo que había hecho 1.500 veces y que de repente me generó el mayor destrozo de mi carrera. Gestionar eso es mucho más complicado porque no sabes en qué momento te puede pasar otra vez con cualquier otro movimiento. 

Yo me encontré como cabreada con mi deporte incluso, en plan “¿por qué me haces esto? Si te había echado mucho de menos en la cuarentena, te he cogido con muchas ganas y ahora me vuelves a echar del hielo”. A parte de recuperar el hombro físicamente tuve que hacer la recuperación con mi propio deporte de decir qué injusto es, en cualquier momento puedes perder el equilibrio y te ves fuera del hielo. 

"Era como: '¡guau, me puedo rascar la cabeza!, ¡me puedo lavar los dientes con la mano derecha!'"

Yo por suerte tuve un cirujano que es un ser extraordinario y que le debo mi vida deportiva y todo. Yo le dije: “Mario, me has devuelto las alas”, porque de no haber sido por esa operación de reconstrucción del hombro y hubiese perdido muchísima movilidad. A lo mejor no volvía al hielo ni tan pronto ni en esas condiciones en las que volví. El cirujano y el fisio que me atendieron fueron gente clave. Son cosas a destacar en la vida deportiva de un atleta. No es solo lo que tú haces y cómo compites porque necesitas un ejército detrás que te está cuidando y está salvándote de agujeros negros. Yo sin este equipo de fisioterapeutas… supieron identificar la lesión que solo una mala diagnosis te revienta, luego la reparación la hicieron extraordinariamente bien y la rehabilitación también, o sea, los tiempos de rehabilitación de este calibre son cruciales, entonces, son muchas pequeñas cosas que tienen que pasar para que tú estés dentro del hielo. 

Ese, para mi, fue un momento de coger perspectiva y ver cómo estaba tratando a mi deporte, qué era importante para mí y qué no… me hizo valorar el día a día muchísimo. Ya no solo el competir, el poder trabajar por una competición que muchas veces lo damos por sentado y muchas veces tenemos los objetivos puestos y vas directo a por ellos pero te olvidas de lo que es pisar hielo y ya.

Esa reconciliación con el deporte imagino entonces que fue fácil.

Me duró un poquito. Cuando estaba en pleno dolor, que no podía dormir, eso fue lo peor. Gracias que estaba en casa que tenía a mi familia dándome ánimos y cuidándome pero eso fue lo peor porque no me veía, no veía que iba a volver. Hablaba con Kiril de vez en cuando y él me daba ánimos. Eso ayuda mucho en la recuperación porque ves que no tienes presión de nadie, sino todo lo contrario. Kiril no estaba llamándome para decirme “¿Ya?”, si no “Sara, ¿cómo estás? Tómate tu tiempo, hazlo bien, no pasa nada, prefiero que vuelvas fuerte a que vuelvas pronto…” y son cosas que parece que no pero valen un mundo cuando estás ahí con la angustia de no poder hacer lo que tú quieras hacer, que en ese momento lo mejor que podía hacer era ¡nada! Para mí eso era cortocircuitar, yo tengo que hacer cosas. 

La verdad que hasta que me vi en calma recuperando bien, mejorando poco a poco, que mejorar era poder tocarme la cabeza. Era como ¡guau, me puedo rascar la cabeza!, ¡me puedo lavar los dientes con la mano derecha! ¡Eso me hacía feliz! Yo estaba dando por hecho eso. Y claro, el primer día que el doctor me dijo que me podía poner los patines… Después el iba con que tuviese cuidado, que no fuerce, que poco a poco, no cojas carrerilla… pero para mi eso no era importante, yo iba a ir con cuidado ¡pero me podía poner ya los patines!

A veces es complicado para los más pequeños mantenerse en disciplinas menos comunes que el fútbol, el tenis, el baloncesto… ¿Qué consejo les daría a estos apasionados?

Que disfruten mucho y que se lo tomen con mucha paciencia. Que este deporte lo primero que te enseña es a levantarte porque solo aprendes a base de caerte. Creo que es un deporte que te da una filosofía de vida muy real, que si quieres hacer algo nuevo te vas a caer. Y está bien caerse. Por eso de ahí la paciencia y el tomárselo muy poco a poco. No vas a hacer un triple Axel a la semana, eso no va a pasar, pero que vayan a corto plazo y que den valor a esas pequeñas victorias de cada día aprender algo nuevo e ilusionarse porque les salgan combinaciones de pasos, que a lo mejor no es un triple Axel, como las cosas más famosas, pero de repente te ves haciendo elementos y cogiendo habilidades que no te imaginabas y el hielo tiene eso de especial, que cada día puedes aprender algo nuevo. Que se dejen fallar, que no se lo tomen con mucha seriedad, por así decirlo. Que se dejen caer y levantarse mil veces que está todo bien. Ese es el camino para luego conseguir cosas grandes y que lo prueben. 

Si yo he podido, ellos también. De pequeña tenía problemas de psicomotricidad reales, tenía un equilibrio bastante justito y de repente hallé en el patinaje mi sitio y ya te digo, mejoré tan rápido porque no me puse ninguna expectativa demasiado pronto, me dejé crecer orgánicamente. No quise desde pequeña coger y pensar que voy a ir a competiciones internacionales en dos años, para nada, yo era feliz solo estando allí, esa hora y media o dos horas o las que fueran. Y de repente, mejoré lo que mejoré y me vi compitiendo internacionalmente. Que lo hagan porque les gusta, porque les llena por dentro, no por ser el nuevo Javi Fernández, que pueden, pero que la base sea una pasión que les nace de dentro.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento