Pablo Fernández, el empresario que tratará de nadar 36 horas seguidas: "Hay más tiburones fuera del agua que dentro"

Pablo Fernández durante un reto en Vietnam
Pablo Fernández durante un reto en Vietnam
Pablo Fernández
Pablo Fernández durante un reto en Vietnam

Pablo Fernández es una de esas personas que no conoce el miedo a los retos, empresario y apasionado dela natación, compagina la dirección de uno de los casos de éxito más importante de los últimos años en el mundo empresarial, la compañía Clicars (autodenominado el "Amazon de los coches") a la vez que rompe todos los récords de la natación, brazada a brazada y siempre acordándose de las causas más solidarias. 

Con una dilatada experiencia en la natación de resistencia, Pablo cuenta a 20Minutos todo sobre este nuevo reto: nadar 36 horas seguidas para recuperar el récord Guinness que le arrebató el holandés Maarten van der Weijden (medallista olímpico en Pekín 2008). Además, el reto va -como todos los que ha superado- vinculado a una causa solidaria, sumar la máxima recaudación posible a los 36.000 euros base que donará al proyecto 'Llena sus mochilas de ilusión' de la fundación Mensajeros de la paz, con el objetivo de que 2000 niños se beneficien de una beca educativa.

Pablo, un joven de orígenes humildes eligió el deporte de su padre, que era futbolista de segunda B, sin embargo, un problema de crecimiento en las rodillas le llevó decantarse por la natación de larga distancia: "Nunca gané medallas de ser el más rápido", reconoce, "pero si llegaba menos cansado, ahí empecé a plantearme ciertos retos". El nadador optó entonces por las carreras oficiales de resistencia, pero pronto llegó la prueba que cambió su vida: "Me propuse hacer el estrecho de Gibraltar, y cuando acabé me di cuenta de que era diferente a la piscina, me encantó esa experiencia"

"Me propuse hacer el estrecho de Gibraltar, y cuando acabé me di cuenta de que era diferente a la piscina, me encantó esa experiencia"

Desde entonces, la natación en aguas abiertas se ha convertido en su rutina, unas "aventuras" -tal y como él las denomina-, que le han llevado a ser nominado al premio "Man of The Year Award" por la Federación Internacional de Natación de Aguas Abiertas (WOWSA) por su último Récord Guinness de 250 kilómetros a nado en el Océano. "Fui el primer hombre en cruzar el río Congo a nado, el río a Gambia, la bahía de Ha-Long en Vietnam, desde Nicaragua a El Salvador... retos que no son oficiales por la Federación Internacional de Natación o un Guinness World Record, pero sí que eran retos personales que me planteaba y que me permitían viajar y nadar, luego llegó la parte de llevarlo a lo deportivo y fue cuando me metí en los récords Guinness", explica.

Trabajar para lograr estos retos a la vez que dedica tiempo a su empresa implica una disciplina muy férrea, algo que, sin embargo, maneja a la perfección: "No tengo hijos ni novia, me dedico solo a trabajar y a nadar", cuenta entre risas, "Mi diferencia con un deportista es que no tengo que buscar  patrocinadores, yo financio todos mis retos". Parte del éxito de Pablo consiste en unir lo aprendido en el mundo empresarial y en la natación, para lograr el éxito en ambas: "Si solo eres deportista puedes llegarte a agobiar, lo mismo si solo eres empresario, yo en el trabajo desconecto de la natación, y en la natación desconecto del trabajo", aclara. 

A sus 41 años, Pablo es consciente de que está en el mejor momento para asumir este tipo de retos: "Si te fijas los récords de larga distancia suelen ser de gente que está entre los 30 y los 40 años. Es cierto que nivel fisiológico empiezas a bajar a los 35, pero para largas distancias necesitas mucho autoconocimiento, saber donde están tus límites, por eso no se ven medallas de oro de maratón de chavales de 20 años, aunque estén en plenitud física". Mientras, él sigue trabajando de manera estricta, y dando importancia a la faceta física y mental: "Me suelo levantar a las 5:15 de la mañana, medito, tomo un café o agua y me pongo a hacer deporte en ayunas, nado más o menos unas tres horas (12-15 km) a las nueve me incorporo al trabajo y uno de cada dos días trabajo en el gimnasio después del trabajo", relata detalladamente.

Ahora, a falta de días para la prueba que afrontará este domingo, Pablo reduce la carga de entrenos y aumenta ligeramente las horas de sueño diarias, entre 7 y 8, para llegar en las mejores condiciones a un día en el que tendrá que realizar entre 120.000 y 150.000 brazadas. Más allá de la exigencia física, el reto para pablo se encuentra en lo mental: "Son 36 horas afrontando una situación monótona, no hay tensión, es como correr en una cinta 36 horas, eso requiere una gran concentración", cuenta sobre un reto que a priori parece más fácil que las aguas abiertas, pero no del todo: "es más fácil porque quitas las olas, las corrientes, los animales, menos velocidad... Pero, por otra parte, el gran enemigo a batir es la monotonía. En mi anterior récord de 25 horas me pasó que me quedaba dormido nadando,  tienes que ocupar la mente"

"En mi anterior récord de 25 horas me pasó que me quedaba dormido nadando"

Este domingo, los observadores de Guinness World Record no perderán de vista a Pablo desde los bordes de la piscina a contracorriente que instaló en las instalaciones de su empresa para entrenar a diario, para asegurar que el reto cumple una serie de normas: "En cada hora solo puedes descansar 5 minutos que puedes utilizar para comer, ir al baño... Y no puedes tocar los bordes de la piscina ni parar, siempre a nado continuo", unas normas que califica de "sencillas" en comparación con las estipuladas en otras de sus maratonianas aventuras.

Pablo llevará al límite a su cuerpo y su mente una vez más, en 36 horas en las que estima quemar entre 15.000 y 18.000 calorías, aunque cuenta con una motivación extra, la causa solidaria que fomenta con ello: "Yo vengo de una familia de orígenes humildes, a nosotros también nos han ayudado, yo creo mucho en la educación, cambió mi vida. Siempre he estudiado en la escuela y en la universidad pública y he podido graduarme con premio extraordinario en Harvard", relata antes de confesar que esto es lo que le lleva a romper sus límites: "Cuando estás ahí jodido nadando te recuerda el porqué haces las cosas, aparte del papelito del Guinness World Record, es ese extra de motivación". En el último reto sumó 57.000 euros, en este espera superarse con las aportaciones que cualquiera puede hacer a través de este enlace.

"Yo vengo de una familia de orígenes humildes, a nosotros también nos han ayudado"

Nada puede frenar al nadador cuando se propone una meta, incluso en ocasiones sobrepasa las marcas estipuladas: "Yo podría superar la marca de Maarten van der Weijden y pararme, pero la gracia de estos retos es explorar tus límites", enfatiza. Pablo Fernández, que ha lidiado con tiburones -con los que ahora disfruta en sus travesías- y cocodrilos, no se atemoriza ante nada, como él mismo dice: "Hay más tiburones fuera del agua, en el mundo empresarial, que dentro".

¿Cómo apoyar a Pablo?

La iniciativa de Pablo Fernández está abierta a la participación de todos a través de la plataforma GoFund, donde recogerá las donaciones para el proyecto 'Llena de ilusión sus mochilas',  además podrás verle nadar en vivo y en directo desde sus cuentas de Instagram y Youtube.

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