La increíble historia de superación del chico que perdió un brazo y sueña con jugar en la NBA

  • Enmanuel Donato jugará en la universitaria la próxima temporada después de haber demostrado que es capaz de todo.
Enmanuel Donato, un auténtico ejemplo de superación.
Enmanuel Donato, un auténtico ejemplo de superación.
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Enmanuel Donato, un auténtico ejemplo de superación.

Decir que Enmanuel Donato es un jugador especial es quedarse corto. Este dominicano de 18 años ha recibido una beca para formar parte del equipo de baloncesto de la Universidad de Tennssee State perdió su brazo izquierdo en un accidente y, lejos de tirar la toalla, ahora sueña con la NBA. El mundo de la canasta no pierde de vista todas y cada una de sus exhibiciones en el deporte escolar y las redes sociales le han convertido en un auténtico fenómeno viral.

La vida de Hansel Enmanuel Donato, que es como aparece en los registros oficiales, cambió por completo en 2004, cuando el chico tenía sólo seis años. Mientras jugaba con unos amigos en la calle, el chaval se encaramó a un muro que terminó cediendo y lo dejó atrapado entre los escombros. Los servicios de emergencias tardaron más de dos horas en poder rescatarlo, pero no pudieron salvar su brazo. “Los ladrillos cayeron sobre su pecho y además le aplastaron el brazo izquierdo y los tendones. No quedó ninguno vivo y no hubo manera de salvar el brazo”, explica su madre, Katia Domínguez, en un reportaje de ESPN.

De buenas a primeras, el drama se apoderó de la familia al completo. El chico perdió su extremidad cuando su madre le perdió de vista durante un momento y mientras su padre jugaba un partido de baloncesto callejero cerca del lugar del accidente. El sentimiento de culpa era enorme. “Todo se me vino abajo. Estaba a su cargo en ese momento y cuando tuvieron que amputarle el brazo sentí que era mi culpa, que todo había terminado. Por suerte, Dios nos mostró otro camino”, explica la madre. Un camino que Enmanuel tomó con muchas ganas de seguir viviendo y demostrar a todos que aún tenía mucha guerra que dar.

Donato dejó claro desde el primer momento que podía jugar al baloncesto con un solo brazo. Pese a que muchos dudaron de sus capacidades, el chico destacó en la República Dominicana y en 2021 explotó mediáticamente cuando sus partidos en una escuela de secundaria de Florida, Estados Unidos, se convirtieron en un espectáculo que asombró a todo el país. Con el uniforme de Life Christian Academy, Enmanuel daba un recital detrás de otro. Crossovers, triples, tiros en suspensión y hasta mates. Sí, mates. Instagram le puso en el mapa mundial y la Universidad de Tennessee State puso ante él una de las mejores oportunidades que podría ofrecerle el baloncesto.

“Ninguna discapacidad o limitación te define. Hay que trabajar e ir a por tus sueños. La discapacidad no es nada. Le puede pasar a cualquiera. Hay que seguir adelante y no rendirse nunca. No mirar atrás”. Lo dice un Enmanuel que podrá estudiar una carrera universitaria y jugar en el mejor escaparate posible para perseguir precisamente sueño de llegar a la NBA. ¿Difícil? Muchísimo. ¿Imposible? Pues no para un chaval al que con seis años se le podría haber acabado el deporte. Donato estaba loco por el béisbol, el deporte nacional en la República Dominicana. Evidentemente, las limitaciones tras el accidente eran enormes, así que el chico decidió seguir los pasos baloncestísticos de su padre, que llegó incluso a ser internacional con su país. Sin embargo no fue sencillo.

Tras el accidente, Enmanuel no entendía nada. No sabía qué había pasado y no paraba de preguntar cuándo volvería a crecerle el brazo. No podía hacer prácticamente nada por sí mismo. No podía vestirse, no podía comer, no podía atarse los cordones de las zapatillas… Y pese a todo, el chico restaba importancia a la situación cuando sus padres se derrumbaban. “Tranquilo, papá, yo estaré bien”, decía a su padre. ¿Cómo? Por ejemplo, jugando al baloncesto. “Empecé después del accidente y las primeras veces fueron experiencias muy difíciles. Perdía el equilibrio, me iba para un lado y no podía controlar el balón”, confiesa el joven.

Todo cambió gracias a la mediación de un amigo dominicano que se había mudado a Estados Unidos y jugaba allí al baloncesto. Éste mostró algunos vídeos a su entrenador y el instituto Life Christian Academy invitó a Enmanuel a matricularse y jugar allí. Pocos se imaginaban el salto que significaría aquello. Actualmente, con 18 años y 1.96 de altura, ha superado con creces las barreras culturales e idiomáticas y hace ya tiempo que se convirtió en un referente en su equipo, entrenando como todos y cada uno de sus compañeros, e incluso cumpliendo con castigos como el de tener que hacer flexiones tras fallar tiros. Con un solo brazo, sí, pero igual que el resto. “Es un ejemplo constante de voluntad y entereza para todos. Todos queremos ser mejores cuando estamos con él. Nos motiva cada día en el gimnasio”, explica su entrenador.

El punto más álgido de Enmanuel llegó en el campeonato estatal de Florida de 2021. A lo largo de todo el torneo promedio 26 puntos, 11 rebotes y 7 asistencias. Las universidades se fijaron en él de forma generalizada, mientras que ya era todo un ídolo mediático en redes sociales. Tennessee State dio el paso y el joven pasará a formar parte de un selecto club de jugadores como él. Será el cuarto jugador con un solo brazo en formar parte de la NCAA, pero sus miras van más allá. “No me pongo límites y podré hacer cualquier cosa que me digan. Podré hacerlo tres veces mejor. Quiero llegar al draft y entrar en la NBA. Nací para triunfar, sin importar lo que me pasó”. Sería el colofón perfecto para una vida de película. Y teniendo a Enmanuel Donato como protagonista mejor no descartarlo.  

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