Fernando Alonso esquiva las trabas burocráticas para viajar a EE UU y disputará las 500 millas... si se celebran

Fernando Alonso, entrevistado por la FOX en Indianápolis.
Fernando Alonso, entrevistado por la FOX en Indianápolis.
EFE
Fernando Alonso, entrevistado por la FOX en Indianápolis.

Una de las medidas que ha establecido el gobierno de Donald Trump es cerrar las fronteras a viajeros provenientes de países con altos índices de contagios de coronavirus, como es el caso de España, lo que había puesto en alerta a Fernando Alonso.

El piloto asturiano debe estar en el óvalo de Indianápolis para la semana del 10 de agosto, cuando se celebran los entrenamientos de las 500 millas en el legendario trazado, y había mostrado su preocupación ante un eventual problema burocrático que le impidiera viajar. No le faltaban motivos para temerlo, ya que el también español Álex Palou, 'rookie' que disputa toda la temporada de la IndyCar, tuvo que entrar vía México a Estados Unidos, previa cuarentena allí, para competir allí en junio.

Según Zak Brown, CEO de McLaren (que es la mitad del equipo Arrow McLaren SP con el que competirá Alonso), está todo resuelto. "Lo conseguimos esta semana. Te puedo decir que cuando me llamaron estaba de los nervios, pero ya está solucionado. Fernando estará en América la próxima semana", prometió el dirigente estadounidense. 

En declaraciones recogidas por Motorsport.com, Brown señalaba los pasos que han tenido que dar. "Hay dos problemas diferentes. Uno de ellos es que solo pueden entrar deportistas profesionales, algo que él cumple, pero tienen que enviarle una aprobación desde California, y eso es lo que estábamos esperando. Con eso, tiene que ir a la embajada de Madrid para que se lo aprueben. Es todo un caos y nos ha llevado tiempo tener todo listo", admitía.

Peligro de cancelación de última hora

Una vez que Alonso cumpla con este requisito, tendrá todo listo para viajar a California, probar primero en el simulador y luego en pista junto a sus mecánicos del Arrow McLaren SP. El problema es que el avance de la pandemia ha puesto en alerta a la IndyCar.

A sólo una semana de lo previsto, la organización del campeonato americano anunció la suspensión (que no cancelación definitiva) de las dos carreras que iban a disputarse el 8 y el 9 de agosto en Mid-Ohio, sólo dos días antes del primer día de entrenamientos en Indianápolis. 

Aunque Roger Penske, propietario del circuito y de la propia IndyCar, ha establecido numerosas medidas de seguridad para evitar contagios, hay muchas voces, como el departamento de Salud de la Universidad de Indiana, que piden la suspensión definitiva de la prueba

Uno de los puntos más criticados es que se permita público, aunque sólo sea un 25% de lo previsto (que supone un total de 75.000 espectadores aproximadamente). En caso de aumento de casos positivos en los próximos días, no es descartable que se posponga o incluso se cancele la cita por antonomasia del automovilismo estadounidense.

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