La última temporada de The Crown lo está teniendo difícil para hacer pie en el profundo legado que habían dejado las anteriores. El pasado 14 de diciembre, llegó a España la segunda mitad de su última tanda de episodios: seis capítulos con los que la realeza de Netflix se despide para siempre del espectador. Y el regusto que, hasta el momento, parece haber dejado este adiós en los labios de la audiencia no tan dulce como debería.
Con todo, The Crown sí ha sido capaz de mantener una de sus virtudes, con independencia del ímpetu narrativo de cada temporada, y es la relativa al trabajo de sus intérpretes. La reina Isabel II ha atravesado la juventud y primera madurez de la mano de Claire Foy, que ganó un Globo de Oro; ha mirado el mundo a través de los ojos de la magnífica Olivia Colman (otro Globo de Oro más a nombre de los Windsor); y ha vivido sus últimos días en la piel de Imelda Staunton, que tendrá la posibilidad de hacerse con el galardón que conquistaron sus antecesoras en la próxima gala de los Globos de Oro.
Felipe, el duque de Edimburgo, ha sido otra de las huellas que la excelencia de los actores de The Crown han impreso en la serie. Tras pasar por las manos de Matt Smith y Tobias Menzies, Jonathan Pryce se hizo cargo del personaje… y estuvo cerca de no vivir para contarlo.
Jonathan Pryce se asfixió al final de 'The Crown'
Ni el desmedido gusto por la bebida (tradición familiar en Buckingham Palace) ni la afición a surcar los aires en avionetas y helicópteros que mantuvo hasta 1997. El hábito de Felipe de Edimburgo que casi le cuesta la vida a Jonathan Pryce fue, simplemente, el de hablar a destiempo. Como ha contado el actor en una entrevista para Entertainment Weekly, su último día de rodaje transcurrió en una catedral. Él y su mujer en la ficción discutían acerca de cómo el mundo los recordaría. Y, justo cuando Pryce pronunciaba la que sería su coda en The Crown, se atragantó.
“Me asfixié un poco al alejarme de la Reina, pero fue una buena sensación porque tuve la sensación de que el trabajo estaba hecho. Podía marcharme con la cabeza bien alta”, explicó un desahogado Pryce, que afortunadamente salió vivo del templo. En Juego de tronos no tuvo tanta suerte.
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