Durante la promoción de Barbie, un periodista le preguntó a Ryan Gosling si, de niño, había jugado con muñecas. Gosling respondió que, a esa edad, ya estaba muy ocupado trabajando. Gosling lleva desde los seis años bailando y actuando. Ahora tiene 43 (edad que hay que creerse bajo palabra de honor) y es uno de los intérpretes más queridos de Hollywood. Más aún, desde que se convirtiese en el Ken de Barbie, que en España puede verse en HBO Max.
Ryan Gosling ha sido nominado a tres Oscar, el último de ellos por su papel en la película de Greta Gerwig. No ganó la estatuilla pero, gracias a su número musical con I’m just Ken, Ryan Gosling ganó los Oscar. Además de ser un intérprete excelente y magnético, capaz de dar vida a un nazi y a un marginado social que vive enamorado de una muñeca (bueno, en Barbie repite papel), Ryan Gosling tiene ese algo que sólo tienen las estrellas. Y, como prueba, su última entrevista, en la que desvela por qué película se hizo actor.
La película con la que Gosling se enamoró del cine
Si a Ken le hubiesen preguntado cuál es su actor favorito, posiblemente habría dicho Jean-Claude Van Damme. Si le hubiesen preguntado cuál era su película favorita, Retroceder nunca, rendirse jamás. Y si le hubiesen preguntado por qué, habría contestado porque “me hizo desear que mi vida fuera así”. Pues Ryan Gosling, igual.
Como viene siendo habitual, los actores revelan para Letterboxd sus cuatro películas favoritas. Gosling no ha intentado engañar a nadie (¿o sí?) al confesar las suyas. Al frente de todas ellas, está la destrozada por la crítica Retroceder nunca, rendirse jamás. En una secuencia, el fantasma de Bruce Lee se le aparece en el espejo al rival de Van Damme y lo enseña a luchar. Admitámoslo: cualquier niño criado en los ochenta habría caído de rodillas ante el televisor. Y Gosling lo hizo: “Me hizo amar el cine porque pensé que cualquier cosa era posible en las películas”, recuerda.
Los títulos que completan el olimpo de Gosling son Cocoon (1985), Regreso al futuro y Rocky. En otras entrevistas, Gosling ha enfatizado su devoción por la franquicia Rambo, hasta el punto de que el propio Stallone lo ve como su sucesor en el personaje. Gosling iba al colegio vestido de Rambo y, en vacaciones, se comportaba como un Rambo en miniatura por las montañas de Canadá (sin mayor desarrollo). “Ambos somos muy distintos. Gosling es guapo y yo no lo soy”, explicó Stallone en otro alarde estelar de sinceridad. “Pero si tuviera que pasarle el testigo a alguien, sería a él, porque le encanta el personaje”.
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