En España no está disponible The Amanda Show, un programa de sketches que hizo famosos a Amanda Bynes y a Drake Bell. Ambos actores, que frisan los 40 años, tuvieron su primera gran oportunidad ante una cámara en esta secuela de Todo eso y más. La serie, producida por Nickelodeon, estuvo en antena tres años y emitió casi 60 episodios.
En el set de rodaje, Drake Bell conoció al que sería su mánager, Brian Peck. Brian había interpretado breves papeles en películas como El regreso de los muertos vivientes, y ahora probaba suerte como cazador de talentos. El de Bell le llamó la atención y el chico y él se asociaron. Unos años más tarde, cuando Bell tenía 15 años y en plena ronda de castings, Brian Peck lo invitó a pasar la noche en su casa. Así no perderían tiempo, saldrían más temprano y podrían aprovechar mejor la mañana. Bell despertó a medianoche y descubrió que su mánager estaba violándolo. Así lo cuenta en Quiet on set: The dark side of Kids TV.
En 2003, Bell denunció a Peck y este fue encarcelado durante 16 meses. La identidad del denunciante se ha mantenido oculta hasta el estreno de Quiet on set. Sólo se sabía que un menor había acusado al mánager de abuso sexual y que este no había negado los cargos. Varias figuras de Nickelodeon respaldaron a Brian Peck, que regresó en 2005 a los platós y siguió trabajando hasta 2018. Pero esta no es la única historia que cuenta Quiet on set, que tiene en el agresivo productor Dan Schneider a uno de sus protagonistas.
Schneider estuvo detrás de programas como The Amanda Show o Zoey 101. Aunque no se le imputa ninguna agresión sexual, Schneider ha sido criticado por su conducta amedrentadora y violenta. Entre las víctimas de sus discusiones y gritos, hay varios actores infantiles. Con Amanda Bynes, en cambio, no parece haber ocurrido nada, y la actriz de The Amanda Show no ha querido colaborar con Quiet on set. Según TMZ, Bynes no ha intervenido porque no tenía nada que contar. Sus antiguos compañeros de rodaje han añadido que Bynes y Schneider mantuvieron una estrecha relación. Esta ha sido la carrera de Bynes desde que dejó The Amanda Show.
¿Dónde hemos visto a Amanda Bynes?
Como ha ocurrido con tantos actores infantiles, desde el popular Freddie Bartholomew (Corazones intrépidos), su carrera duró lo que duró su infancia. En el caso de Bynes, algo más: tras The Amanda Show, pasó por La habitación de las pesadillas, creada por el autor de los libros R.L. Stine; trabajó con Paul Giamatti en Gordo y mentiroso; con Channing Tatum en Ella es el chico; o con John Travolta en Hairspray.
Aunque los títulos que firmó estaban lejos de ser memorables, el que ella encabezase un reparto con estos nombres implicados hacía pensar lo mejor de su futuro. No ocurrió así. En 2010, protagoniza su última película, que seguramente sea, a su vez, su mayor éxito: Rumores y mentiras. Este largometraje puso en el mapa a Emma Stone, a años luz de su fama actual (y, al mismo tiempo, a menos de 15 años de sus dos Oscar), y fue la inopinada despedida de Bynes. Aunque su trabajo fue aplaudido por la crítica, en su siguiente proyecto fue sustituida por Alexandra Daddario, y Bynes se tomó descanso profesional.
Sus problemas con la justicia
Una década después, intentó regresar a la interpretación pero, ya fuera por ella o por los directores de casting, el retorno no se hizo realidad. También intentó poner en marcha un podcast que dejó al primer episodio. Esta última etapa de su vida ha sido la más accidentada y trágica. En 2012, la detuvieron por conducción temeraria y, meses más tarde, por tenencia de marihuana. Cuando los policías entraron en su casa, Bynes lanzó la pipa de marihuana por la ventana, con lo que al cargo de posesión de drogas se sumó uno de imprudencia temeraria. No sería su último desencuentro con la justicia.
Menos de un año después, Bynes fue acusada de originar un fuego en la autopista, y la ingresaron en un hospital psiquiátrico. Desde entonces, la actriz ha pasado en varias ocasiones por instituciones de este tipo. Bynes tocó fondo en mayo de 2014, cuando escribió en Twitter que su padre la había violado de pequeña y, a renglón seguido, se retractó. “El microchip que han instalado en mi cabeza es el que me hizo decir esto. Mi padre nunca me tocó”, escribió Bynes. Su siguiente intervención en la red social fue parar comunicar que la habían diagnosticado con trastorno bipolar.
Hace menos de un año, Bynes fue dada de alta en su hospital porque los médicos creían que su estado había mejorado notablemente. Sin embargo, apenas pasaron unos meses antes de que Bynes llamase a la policía. Se había visto acosada por pensamientos que la podían llevar a hacerse daño y tenía miedo. Esto ocurrió en verano de 2023, semanas antes de que su última compañera de rodaje Emma Stone estrenase en el Festival de Venecia Pobres criaturas, la película que acabaría dándole su segundo Oscar.
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