Enrique Tenreiro es un artista gallego nacido en 1969. Procedente de una conocida familia de La Coruña, el miércoles pasado saltó a todos los periódicos nacionales al pintar con pintura roja la tumba de Franco en el Valle de los Caídos.

¿Qué ocurrió después de que le detuvieran?

Técnicamente parece ser que no he sido detenido, que he sido retenido. Estuve una hora y media con siete guardias civiles, que me trataron muy bien aunque al principio estaban un poco sorprendidos. En un principio eran dos guardias, los del equipo de seguridad, y luego vinieron cinco más con equipos de los GEO porque no sabían que podía hacer, podía ser un talibán.

En esa hora y media que estuve, me cachearon y me revisaron todo. Me sacaron una bolsa que tenía con fruta y me preguntaron que si era porque las quería lanzar, yo les dije que era para poder comer en el calabozo.

¿Sabe cuándo conocerá la acusación que se le hará?

El delito contra el patrimonio si que parece que va a ser seguro, el de odio no lo sé. De todas formas, a mí no me han notificado nada. A lo mejor el fiscal considera que no se me acuse de ese delito. A mí me han dicho que esté pendiente del móvil para cuando llegue lo que tenga que llegar.

¿Que quería transmitir con esta acción?

Yo quería mandar un mensaje a la sociedad española para que se quite el odio del corazón de las gentes porque siguen grabadas las trincheras de nuestros abuelos. Creo que somos un país muy radical, que no acaba de perdonar la guerra y que deberíamos ser más abiertos.

Me parece que la gente sigue votando por odio y no cambian de partido pase lo que pase. Creo que deberíamos ser más europeos. Mis amigos son mis amigos, no les juzgo por sus ideas políticas. Quería dar un mensaje de concordia, quizás es una locura, pero para ser artista hay que ser un poco loco.

¿Cómo concuerda, como usted expuso en su carta antes de esa acción, no querer "hace daño" a la familia de Franco con buscar "aliviar el dolor" de los perdedores de la guerra civil?

Bueno, haber, algo de daño lógicamente le habrá hecho a la familia Franco, pero he intentado que fuera el mínimo posible. Si quisiera haber hecho daño, podría haber pintado unos genitales o un hacha. Pero intenté pintar una paloma, aunque me salió un poco mal por las prisas y por la libertad. Iba a pintar más, pero no me dio tiempo y no quería manchar el nombre del dictador Franco.

Me veo con el derecho moral de mandar un mensaje de tolerancia porque creo que soy la persona ideal para ello. Tengo familia de los dos bandos, un abuelo coronel y una republicano, tengo familiares que fueron fusilados en Paracuellos y que están enterrados en las cunetas.

Además, no soy una persona politizada, solo he votado dos veces, la primera vez que ganó Felipe González y cuando a Aznar le pusieron un atentado. Puede que fuese una apuesta perdida, todavía estoy en estado de shock, asimilando todo lo que ha pasado.

¿Cómo preparó esta acción?

Un día fui para planificarlo todo. Lo que más me preocupaba era poder entrar con la pintura dentro. Logré pasarla en un bote de gel. Una vez que entré, había cuatro guardias alrededor de la tumba. Quería hacerlo antes de que empezase la misa de las 11:00, así que aproveche. aunque me dio un miedo horroroso, cuando sobre las 10:40 los guardias se giraron un momento.

¿Por qué llevó un cámara para grabar las imágenes?

Yo le conté a una persona que quería hacer esta acción y me puso en contacto con él para que lo grabase. Yo no sabía que era un cámara tan profesional como él. Nos cito media hora antes de entrar y le expliqué allí al fotógrafo lo que quería hacer.

Entonces quería grabarlo para transmitirlo.

Hombre claro, porque allí los curas empezaron a decir que no salieran las imágenes. Pero claro, si tu quieres mandar un mensaje a la sociedad, si no salen las imágenes sería muchísimo peor, porque no sabrían que habría dicho. Con las imágenes nadie puede decir que hice algo especialmente ofensivo.

¿Qué opina de cómo se ha reaccionado ante su acción?

No se mucho como está reaccionando la sociedad, porque yo estoy un poco en estado de shock. Llevo varios días sin ver a mi familia, estoy sin comer, sin dormir, estoy medio alucinado. Me han llamado para muchas entrevistas, las he dado, y ahora vuelvo a recluirme para descansar.

He temido que abandonar el Facebook y el Whatsapp porque tengo cientos de amenazas de todo tipo. Yo soy un hombre de paz, pero ahora mismo tengo cientos de personas que me están diciendo unas cosas por Whatsapp, que están capturadas las imágenes, que son mucho más graves de lo que yo he hecho. Son amenazas de muerte, con el nombre, los dos apellidos y el número de la persona.

Esas capturas si yo fuera un hombre violento las llevaría a un abogado y directamente tendrían más cárcel de la que pueda tener yo. He aprovechado para decirlo en varios medios a ver si paran un poco. La acción artística ha dado resultado, pero a ver si en unos días esto se olvida.