El cáncer de mama en España: dónde estamos y hacia dónde vamos

El lazo rosa, símbolo de conciencia contra el cáncer de mama.
El lazo rosa, símbolo de conciencia contra el cáncer de mama.
GOBIERNO DE ARAGÓN
El lazo rosa, símbolo de conciencia contra el cáncer de mama.

Este jueves 19 de octubre se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, una enfermedad que afecta en España a unas 27.000 mujeres cada año y que según las estimaciones de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) aumentará su incidencia en un 11% para 2020 con 28.000 casos anuales y en un 17% para 2025, con 29.500 afectadas.

En 2015 se diagnosticaron 27.747 nuevos casos, siendo el segundo tumor más detectado en el mundo y el cuarto en España si se tienen en cuenta ambos sexos, sólo superado por los cánceres de pulmón, estómago y colorrectales. Si se tiene en cuenta solo a la mujer, ocupa el primer puesto de los tumores más diagnosticados en España, según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Esta enfermedad representa casi el 30% de todos los tumores del sexo femenino en nuestro país, la mayoría de los casos se diagnostican entre los 35 y los 80 años, aunque es el rango entre los 45 y los 65 años de edad el que más casos registra. Sin embargo, no existe un sistema nacional de registro de tumores para conocer las cifras exactas.

Tanto el número de casos como las tasas de incidencia aumentan lentamente en España y en el mundo, probablemente debido al envejecimiento de la población y a un diagnóstico cada vez más precoz, según la AECC. El aumento de la incidencia se estima en un 1-2% anual y es constante desde 1960 en Estados Unidos.

Estas mismas fuentes calculan que, aproximadamente, 1 de cada 8 mujeres tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida. Es el cáncer más frecuente en la mujer, aunque también lo sufren los hombres: una situación realmente rara que representa el 1% de todos los casos. Según los datos del Instituto de Salud Carlos III, en el año 2015 un total de 75 varones fallecieron por cáncer de mama.

Supone la primera causa de mortalidad por cáncer entre las mujeres. En España fallecen unas 6.000 mujeres al año por esta enfermedad, lo que representa el 16,7% de todos los fallecimientos por cáncer entre las mujeres en nuestro país, y el 3,3% del total de muertes entre las mujeres. La edad media al fallecimiento por cáncer de mama en España es de 66 años.

Por otro lado, la tasa de supervivencia también aumenta en un 1,4% cada año. La supervivencia a los cinco años del diagnóstico en nuestro país alcanza el 82,8% de los casos, una tasa que se sitúa por encima de la media europea y es similar a los países con las mejores cifras de superación de la enfermedad. La prevalencia es la más alta de entre los tumores femeninos, por ejemplo: de los 25.215 casos diagnosticados en 2012 murieron 6.075 pacientes.

De esta forma, la AECC concluye que "mientras que el número de casos y las tasas de incidencia aumentan lentamente, el número de muertes está estabilizado en nuestro país, y las tasas de mortalidad descienden, debido sobre todo a un mejor resultado de los tratamientos y a la detección precoz de esta neoplasia".

El 30% recaen

Según la asociación científica Geicam de investigación en cáncer de mama "aún queda un camino por recorrer porque los estudios también indican que el 30% de las mujeres diagnosticadas en un estadio precoz de la enfermedad experimentarán una recaída de la misma con metástasis, lo que incidirá en una disminución de la supervivencia".

La media de supervivencia global de las mujeres que han recaído posteriormente es de 2,3 años, y de 2,8 años para las diagnosticadas con metástasis de inicio, estiman desde la misma asociación. Tal y como explican en su web, en los últimos años se está detectando un aumento en la incidencia del cáncer de mama entre las mujeres menores de 45 años. Dato que los investigadores achacan a que las mujeres retrasan la edad a la que deciden tener su primer hijo, al descenso del número de hijos por mujer y a la disminución de la edad de la primera menstruación.

La directora de investigación de la AECC, Marta Puyol, señala a 20minutos una de las posibles claves: heterogeneidad tumoral, es decir, "cuando en un mismo tumor hay partes muy diferentes entre sí que necesitarían tratamientos distintos. Muchas veces las biopsias toman muestras de una parte del tumor solamente y eso explicaría las resistencias a los tratamientos", indica.

La AECC tiene en marcha actualmente 16 proyectos de investigación en esta patología, a los que destina 3,6 millones de euros. Puyol, subraya la importancia de "clasificar muy bien el tipo de cáncer de mama, porque en estos casos el tratamiento es muy efectivo".

Líneas de investigación

Las líneas más fuertes de investigación de la AECC apuntan en estos momentos a los cánceres de mama tipo HERD2, "que antes eran los más agresivos y ahora, gracias a un nuevo un fármaco recientemente descubierto, dirigido contra la diana de este tipo de cáncer, el 70% de los pacientes responden al tratamiento". El 30% restante muestra resistencia y "este es otro de los principales focos de investigación de la AECC", señala Puyol. Igual que los pacientes "triple negativo", el tipo más agresivo, para quienes todavía no se ha descubierto un tratamiento específico y reciben quimioterapia general.

En cuanto a los tratamientos, actualmente los científicos están investigando en la medicina de precisión, antes conocida como personalizada, que es la que "utiliza los biomarcadores para establecer un tratamiento individual para cada paciente", expone la doctora.

Puyol también destaca la "inmunoterapia, que no es tan fuerte en el cáncer de mama como en otras patologías como el cáncer de pulmón o en melanoma, pero se está investigando si los triple negativos y ciertos subgrupos se pueden beneficiar de este tipo de tratamiento. Se va a hablar mucho de ella en el futuro", augura. "En general estamos comprobando que funciona muy bien combinada con quimio y radioterapia en cierto tipo de tumores", apunta.

Otra forma de batallar contra estas células alteradas son los virus oncolíticos. Tal y como explica la investigadora, "dentro del virus meten un fármaco que identifica, selecciona y solo infecta a las células tumorales, sin tocar las sanas. Así se eliminaría mucha toxicidad y efectos secundarios porque la quimio mata todas las células que se están dividiendo, las sanas y las infectadas".

Respecto a una posible vacuna, Puyol la descarta: "Ahora mismo no veo la posibilidad de una vacuna global para todos los tipos de cáncer de mama porque no es una enfermedad sino 200, con muchas alteraciones distintas. La inmunoterapia y una buena cirugía son importantísimas para aumentar la eficacia del tratamiento y evitar las recaídas".

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