Al menos 37 personas han muerto este lunes y otras 70 han resultado heridas de diferente consideración en un atentado con un coche bomba que estaba estacionado al lado de una plaza en Sadr, al este de Bagdad, según han informado fuentes  de la Policía.

El coche estalló poco antes del mediodía local (09.00 GMT), y causó además daños a varios vehículos y edificios próximos. Las fuerzas de seguridad cercaron la zona para evitar otros ataques.

Este es el tercer atentado en tres días consecutivos en Irak. El sábado 31 de diciembre hubo en el centro de la ciudad iraquí otras 28 personas muertos y 53 heridos por dos explosiones. Según una fuente de seguridad, el doble atentado fue perpetrado por dos suicidas que detonaron los cinturones de explosivos que portaban, en medio de la gente, en el barrio de Al Sinak. Otra acción similar ocasionó siete muertos en la ciudad de Al Nayaf, en el sur del país, el día de Año Nuevo.

El grupo terrorista Estado Islámico (EI) asumió la autoría de los dos primeros ataques. El Ejército iraquí reanudó el pasado jueves los ataques contra EI en la ciudad de Mosul, capital de la provincia de Nínive, en el norte del país.

El atentado se produjo poco después de la llegada a Bagdad del presidente francés, François Hollande, que tiene distintas reuniones previstas con los mandatarios iraquíes y después tiene previsto pasar revista a las tropas francesas en el norte del país.  Hollande se desplazará hoy a Erbil, capital del Kurdistán iraquí, a unos 80 kilómetros de Mosul, donde se encuentran las bases militares francesas.

Por otro lado, al menos siete policías iraquíes han fallecido en enfrentamientos con asaltantes del grupo terrorista Estado Islámico (EI) que irrumpieron en dos comisarías de la ciudad de Samarra, en el norte de Irak. Dos asaltantes murieron, de un total de cuatro yihadistas que entraron en dos comisarías con chalecos de explosivos e intentaron hacerse explotar en el interior.

Las dos oficinas policiales se ubican en el barrio de Al Muatasem, en el centro de Samarra, ubicada a 40 kilómetros al sur de Tikrit, la capital de la provincia de Saladino. Después del asalto, las fuerzas de seguridad se enfrentaron con los terroristas suicidas y cerraron los accesos a la zona, y posteriormente lanzaron una operación para buscar a otros posibles atacantes en las proximidades de las comisarías. Las autoridades han impuesto el toque de queda después del ataque.