El escritor de best-sellers como 'El ángel perdido' o 'La dama azul' desveló a través de un análisis detallista de la obra cumbre de El Bosco, que el pintor nacido en Bolduque (Holanda) era conocedor de las corrientes 'adamitas', todo ello bajo el marco del quinto centenario de la muerte de este exponente de la escuela flamenca "que revolucionó el mundo del arte al cambiar la pintura al temple por pintura al óleo".

Para Sierra, El Bosco tuvo contacto cercano con la secta de los Hermanos del libre espíritu más conocidos por 'adamitas' que defendían una doctrina hereje basada en que no existe infierno, que para llegar a Dios sólo hace falta uno mismo, así como en la negación a la Iglesia y la Biblia.

El escritor turulense ha señalado ese contacto mediante detalles "que han pasado desapercibido excepto para avispados analistas" del tríptico 'El Jardín de las Delicias' que fue pintado en 1506 y que "en principio representa el paraíso, el mundo terrenal y el infierno".

Siguiendo esa línea, Bosco no quiso representar en cada tabla lo que dijo que pintó sino que "el infierno sería el mundo terrenal donde el ser humano con sus acciones está destruyendo la obra de Dios, idea tomada por el 'adamismo' que reniega la existencia del infierno y cree que es el hombre quien lo crea con su maldad, el mundo terrenal sería el camino redentor que promulgaban los 'adamitas' donde la desnudez era un camino para comulgar con Dios y la naturaleza, de ahí que en la tabla central aparezcan muchos desnudos y que el paraíso representado en la parte izquierda del tríptico no sería el paraíso bíblico sino un nuevo edén conquistado por los 'adamitas' que no son recibidos por Dios sino por Jesús".

Estas revelaciones explicarían, según Sierra, que El Bosco no quisiera firmar una obra que le costó cinco años terminar, por "si alguien descifrara el sentido del tríptico y exigiera represalias contra él".