El líder cubano Fidel Castro, figura histórica del siglo XX, murió el pasado viernes a los 90 años. Su hermano, Raúl Castro, anunció su muerte con estas palabras: "Con profundo dolor comparezco para informar a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo, que hoy 25 de noviembre del 2016 a las 10.29 horas de la noche ha fallecido el comandante en jefe de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz".

Durante su vida, y debido a su política de enemistad con Estados Unidos y su alianza con la Unión Soviética -que casi cuesta una guerra nuclear en la Crisis de los misiles de Cuba en 1962-, Fidel Castro se convirtió en objetivo de la CIA. Hasta 638 veces la agencia de espionaje americana intentó asesinar el antiguo jefe cubano, todas sin éxito, según The Guardian,.

Desde un explosivo envuelto en un puro, con potencia suficiente para matar, hasta trajes impregnados con esporas y bacterias, que provocarían una grave enfermedad en la piel, lo intentos de liquidar al revolucionario fueron de toda índole.

Y aunque estos son los casos más conocidos, dignos de películas de espionaje, fueron muchos más los intentos de la CIA para acabar con su vida. Destaca la pluma-jeringuilla con una aguja hipodérmica que inyectaría un potente veneno con tan solo rozarlo.

Conociendo el gusto de Fidel por los puros, la CIA intentó hacerle llegar una caja con un potente veneno que lo mataría en un corto espacio de tiempo. Sin embargo, no se pudo llevar a cabo.

Una 'viuda negra' y marisco explosivo

Otro de los intentos fallidos fue a través de un antigua amante del comandante, que debía hacerle ingerir unas píldoras venenosas ocultas en las cremas faciales que Castro le daba.

Asimismo, la afición del cubano por el submarinismo también pudo costarle la vida en las costas de Cuba ya que la CIA había integrado explosivos en distintos moluscos para que explotaran. Los animales fueron pintados de colores vistosos para llamar su atención mientras exploraba.

Otro caso llamativo fue el batido envenenado que la CIA intentó hacerle beber en 1963. Sin embargo, la pastilla que debería haber acabado con su vida se quedó pegada a la nevera y al intentar despegarla se rompió.

Muchas fueron las formas, pero ninguna de ellas logró asesinar a un Fidel Castro que ha visto pasar desde la lejanía a más de una decena de presidentes estadounidenses en sus 90 años de vida.