El programa educativo Erasmus, bandera del proyecto europeo, mira hacia el futuro con la promesa de un presupuesto duplicado a partir de 2021 y con la prioridad de corregir su imagen de programa exclusivamente para universitarios y que solo se pueden permitir estudiantes de clase media alta.

La publicación este jueves de las cifras más recientes de participación en el programa, correspondientes a 2017, apuntan a una continua tendencia al alza: 797.000 estudiantes universitarios, de formación profesional y voluntarios se beneficiaron del apoyo logístico y económico del programa, un 10% más que en 2016, con un 13% más de presupuesto para un total de 2.600 millones de euros.

En un encuentro con periodistas con motivo de la publicación de las cifras, el comisario europeo de Educación, Tibor Navracsics, afirmó que una de las prioridades del programa Erasmus Plus a partir de 2021 es ser más accesible para estudiantes de orígenes humildes.

"El programa Erasmus, frente a ciertas alegaciones o críticas, no es un proyecto para la élite. Estamos haciendo lo posible para ampliar su atractivo y alcance social. Haremos mucho más con un presupuesto duplicado en el próximo marco financiero plurianual", recalcó el comisario.

Bruselas planteó en mayo de 2018, en el contexto de sus propuestas para el presupuesto plurianual entre 2021 y 2027, duplicar la dotación del programa Erasmus Plus y otorgarle por encima de los 29.550 millones de euros, frente a los 14.700 millones actuales.

En un contexto de posibles recortes para programas como la política de cohesión o los fondos para agricultura, Bruselas defiende este espectacular aumento de presupuesto porque el programa Erasmus "figura desde hace 30 años entre los programas más importantes de la UE, en la medida en que muestra a todos lo que representa la integración europea".

Las cifras, no obstante, aún deben pasar bajo la lupa del Parlamento Europeo y del Consejo, que deben dar luz verde al conjunto del presupuesto, si bien el comisario húngaro se mostró positivo al respecto.

"Nunca estoy seguro de nada cuando se trata de dinero, pero soy optimista porque no nos llegan críticas cuando hablamos de este plan. El Parlamento Europeo quiere triplicar el presupuesto, lo que es más arriesgado... pero hasta ahora los Estados miembros han respaldado la propuesta de duplicarlo", señaló Navracsics.

El comisario advirtió de que, durante años, Europa "se ha quedado atrás en inversión en educación" y afronta ahora una competición global en la que el Erasmus "puede ser una medida adicional poderosa para que los países hagan sus sistemas educativos más abiertos y contemporáneos".

Para desterrar la idea de que solo las personas que proceden de entornos socioeconómicos privilegiados pueden permitirse participar en el programa, Navracsics señaló que se contempla incrementar la financiación per cápita de los programas de movilidad, así como medidas específicas con "apoyo humano o económico" para que llegue a zonas rurales remotas, pueblos pequeños o regiones empobrecidas.

"Desde mi punto de vista, el Erasmus siempre será principalmente un programa educativo. Pero la educación es mucho más que únicamente las escuelas o lo que sucede dentro del aula; la educación es una poderosa herramienta de integración y cohesión social. El Erasmus es una forma muy eficiente de construir la identidad europea", afirmó el comisario.

Aunque la movilidad de estudiantes es el núcleo del programa y quiere protegerse como tal, la Comisión subraya que también está abierto a estudiantes de formación profesional, en prácticas, de educación secundaria y a proyectos de aprendizaje de adultos y juveniles.

El comisario reconoció que mucha gente "simplemente no conoce las otras oportunidades que da el programa Erasmus" además de la movilidad de los universitarios, su cara más mediática y popular, y consideró que hay que hacer una promoción del programa "más eficiente", organizando jornadas divulgativas y "yendo en persona a las universidades, a las comunidades locales o a las ONG"