Hay familias que para tener un nuevo miembro tienen que esperar más de nueve meses. En Asturias, sólo para conseguir el certificado de idoneidad, el que exige para poder adoptar a un niño, hay que esperar un año y medio. Pasado este tiempo, hace falta más paciencia aún.

En la región hay unas 500 familias que quieren ampliar la familia adoptando, según los cálculos de la Asociación Asturiana de Adoptantes (Asturadop). Según los datos de la Consejería de Bienestar Social, son 321 las que esperan a un niño extranjero. Las demás quieren formalizar la adopción en España, un proceso todavía más lento.

El año pasado, 217 familias presentaron su solicitud y sólo se adoptaron a 74 niños. 43 (el 58%) eran extranjeros, y de Rusia llegaron 22. Sólo 9 vinieron de China porque «ahora es más lento». El país asiático ha endurecido los requisitos y ahora se tarda «dos años o dos años y medio», explica Joaquín García, presidente de Asturadop. La espera es de año y medio si se quiere un niño pequeño etíope o un año si viene, por ejemplo, de Kazajstán.

Teo nació en este país. Sus papás, Nuria y Javier, fueron a buscarlo hace un año, cuando tenía ocho meses. Tuvieron que ir dos veces y la primera pasaron casi un mes visitando al pequeño en el orfanato todos los días. Ya en Asturias, el pequeño tenía al principio ansiedad. No estaba acostumbrado al contacto físico. Pasado el tiempo y superado, dice su madre que no le importaría volver a adoptar aunque «creo que me planto».

Dos años después de haber tomado la decisión de que querían un hermanito para Laura, su hija biológica de 8 años, lo habían conseguido.

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