De los 82 hectómetros cúbicos de agua concedidos por el Gobierno, 39 se destinarán a abastecimiento y 43 a regadíos.

Esta es una decisión que habitualmente toma una Comisión de menor rango, pero que ha pasado a ser competencia directa del Ejecutivo ante la situación excepcional de sequía que vive España.

Una vieja disputa

La cantidad de agua que finalmente apruebe el Gobierno viene siendo objeto de una intensa polémica entre Castilla-La Mancha, como comunidad cedente, y Murcia, Alicante y Almería como zonas receptoras.

Así, para el Gobierno de Castilla-La Mancha sólo era aceptable un trasvase de entre 30 y 35 hectómetros cúbicos y exclusivamente para abastecimiento humano, no para riegos. En el otro bando, el Gobierno de Murcia pide 120; la Confederación Hidrográfica del Segura, 101, y los regantes, 160.

El Gobierno pide prudencia.

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, había anunciado que el trasvase sería "prudente", pero también, que si se pierden los frutales de Murcia, la región tardaría años en recuperarse. El ministerio ha admitido que la decisión iba a ser "política", y no "técnica".

Una situación similar a la actual tuvo lugar hace diez años, en 1995 cuando, en mitad de uno de los periodos de sequía más importantes en España, el Consejo de Ministros aprobó el 4 de agosto un trasvase de 55 hectómetros cúbicos de agua destinada al riego.Entonces era ministro de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente Josep Borrell, en el último gobierno de Felipe González.

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