Un millón de musulmanes inicia en España el ayuno del Ramadán

No pueden ingenir ni comidas ni bebidas durante el día. Tampoco fumar ni mantener relaciones sexuales. Lo hacen para rendir culto a Dios pero, por las noches, con el fin del ayuno, se produce un gran trasiego y, por unas horas, la celebración religiosa pasa a convertirse en una fiesta social, donde se puede beber y comer hasta saciarse.
Un musulmán reza al inicio del mes del Ramadán (Efe).
Un musulmán reza al inicio del mes del Ramadán (Efe).
EFE
Un musulmán reza al inicio del mes del Ramadán (Efe).

Cerca de un millón de musulmanes que se calcula viven en España iniciaron el martes el ayuno del mes de Ramadán, uno de los cinco pilares en que se basa el Islam, y que se desarrolla en el noveno mes del calendario lunar.

El ayuno del Ramadán tiene carácter obligatorio para los adultos, aunque no están obligados a seguirlo los enfermos, los ancianos, los niños, las mujeres embarazadas y los que se encuentran de viaje.

Durante el día, los musulmanes ni siquiera pueden enojarse ni pronunciar palabras malsonantes
Los musulmanes entienden el ayuno como un período de abstinencia total y, junto con la prohibición de ingerir alimentos y bebidas, se abstienen también del tabaco, de mantener relaciones sexuales y de enojarse o pronunciar palabras malsonantes desde el alba hasta el ocaso del sol.

El Ramadán además de cumplir una función religiosa es una forma directa de adorar a Dios, sanitaria (purificar el cuerpo), mental (fortalecer la voluntad) y moral (hacer comprender lo que sufren las personas privadas de alimento), y sirve para estrechar los lazos familiares y sociales.

El origen de la tradición

En el noveno mes de su calendario, los musulmanes conmemoran un hecho fundamental en el Islám: la revelación del Corán al profeta Mahoma, que comenzó en un día indeterminado del Ramadán.

El calendario islámico es lunar y, por consiguiente, la fecha del Ramadán varía de un año para otro según la diferencia entre este calendario y el solar. Sólo se romperá el ayuno y la abstinencia dos veces al día, al ponerse el sol y antes de amanecer, momentos que en la antigua tradición musulmana venían determinados por las autoridades religiosas.

Fiesta religiosa, pero también social

Además del ayuno, el Ramadán es un mes de cierta euforia religiosa: los musulmanes visitan con más asiduidad que de ordinario las mezquitas, rezan devotamente en sus casas, los ricos reparten limosna entre los necesitados y no se celebran festejos públicos.

Al anochecer comienza la fiesta: las familias se visitan, se dan regalos, y asiten a diferentes espectáculos

Al anochecer, sin embargo, se produce una gran algarada, cuyo inicio marca, en los países musulmanes, el cañonazo que anuncia el fin del ayuno. Las veladas, una vez se ha puesto el sol, son de gran intensidad y se celebran fiestas durante toda la noche, las familias se visitan, se asiste a espectáculos, entre otras actividades.

Reducción de jornada en España

Con el fin de que los musulmanes que viven en España puedan cumplir con el Ramadán, la Comisión Islámica de España tiene firmado un acuerdo de cooperación con el Estado español por el que los musulmanes que lo deseen pueden solicitar una reducción de la jornada laboral, que han de recuperar en otras fechas.

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