IGNACIO CEMBRERO. PERIODISTA
OPINIÓN

Trump del aislacionismo al intervencionismo

Ignacio Cembrero, periodista.
Ignacio Cembrero, periodista.
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Ignacio Cembrero, periodista.

Hay una multitud de razones que pueden haber empujado al presidente Donald Trump a ordenar, en la madrugada del viernes, el bombardeo con 59 misiles Tomahawk de la base aérea del régimen de Bachar el Assad de donde partió el ataque con armas químicas que mató a cerca de un centenar de civiles incluido un puñado de niños gaseados mientras dormían.

Marcar distancias con su predecesor, Barack Obama, que no osó reaccionar ante primer ataque químico, en 2013; apartarse de Vladimir Putin con el que se le atribuye una relación sospechosa; demostrar que es un hombre de Estado cuyas advertencias no deben tomarse a la ligera pueden ser algunas de sus motivaciones.

Trump no es un político al uso. Es posible incluso que el impacto emocional de las imágenes de los niños gaseados le haya incitado a tomar con el corazón la decisión de castigar a Siria, la más importante de cuantas tomó hasta ahora en política exterior. "Ese ataque contra los niños (...) tuvo un gran impacto sobre mí, gran impacto", confesó a la prensa en los jardines de la Casa Blanca.

Está por ver ahora cual será la reacción de Rusia más allá de suspender los acuerdos con EE UU para no entorpecerse en los cielos de Siria cuando bombardean a los grupos yihadistas que por allí proliferan empezando por el Estado Islámico. Puede incrementar su ayuda, ya de por sí abundante, al régimen sirio; ampliar sus ataques aéreos a las milicias prooccidentales que también luchan contra los Assad y hasta tratar de golpear a través de sus aliados a las fuerzas especiales estadounidenses que asesoran sobre el terreno a los rebeldes no yihadistas.

Aunque el enfado de Putin sea solo de cara a la galería, con su iniciativa militar Trump ha dado un paso de gigante que contradice todo aquello que propugnaba cuando era candidato a la presidencia. Entonces enviaba tweets arremetiendo contra Obama por su implicación en Siria junto a una oposición plagada de yihadistas y mostraba su preferencia por un Assad que supuestamente combate al terrorismo.

Cuando falta poco para que se cumplan los tres primeros meses de su llegada a la Casa Blanca, Trump no solo ha mantenido los compromisos de Obama para luchar contra la violencia yihadista, en Oriente Próximo y también en el Sahel, sino que con su bombardeo del viernes ha ido un poco más allá.

Como otros presidentes de EE UU que propugnaron el aislacionismo, se ha convertido en intervencionista al tomar conciencia de la responsabilidad que conlleva dirigir la superpotencia. Ahora hace falta que acierte.

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