Mi querido estresado:

Sí, tú. ¿Te importa parar un momento a leer esto? Ya lo sé, ya lo sé, estás como para perder el tiempo con chorradas, pero, venga, que lo ventilas en cinco minutos. Prometido.

¿Sigues ahí? Gracias. De verdad. Antes que tú, otras cinco personas han empezado a leer esto pero han tenido que dejarlo. A dos les sonó el móvil, a otra le empezó a llorar el bebé, a la siguiente la llamó su jefe a gritos y la quinta recordó que había dejado el coche en doble fila. Así que no creas que no te reconozco el mérito.

Ya que has decidido quedarte, déjame que corrija el arranque: mi querida estresada. Sí, porque es muy probable que si ese adjetivo te define sea porque eres mujer. Padecéis estrés una de cada dos, por uno de cada tres de nosotros. Apuesto a que tras esa diferencia está la 'carga mental': todo el trabajo invisible que asumís para que la casa funcione. Puede que él haga la compra y lleve el perro al veterinario, pero ¿a que eres tú la que sabe lo que hace falta, has hecho la lista y, encima, has pedido la cita para el bicho? Créeme, sé de lo que hablo, que estoy saliendo del súper…

La vida nos estresa, sí. El trabajo nos estresa. Nos estresa cuando no lo tenemos y en exceso nos agota de estrés ("Me matan si no trabajo y si trabajo me matan"). Los niños nos estresan. Nos estresa no poder tenerlos y ese estrés convierte la fecundación en una odisea. Nos estresan las actividades extraescolares de los niños que se convierten en niños estresados por esas mismas actividades. ¿Y el sexo? Si, desde la aparición de los primeros pelos, la obsesión por el sexo solo provoca estrés, después el estrés es el que acaba con el sexo. «¡Qué bien f**s cuando estás en el paro!», le decía su novia a un amigo. Hoy ya no están juntos, pero los dos son funcionarios. El sexo y las oposiciones también son como el agua y el aceite.

Como tú, se estima que padecen estrés doce millones y medio de españoles. Y apostaría una caja de Trankimazin a que los datos son de antes de que el procés entrase en su final season…

Mientras lo pienso, encuentro un titular que me impacta. "El Parlament declara 2018 año de la salud mental". ¡No podía ser más adecuado! Sin embargo, al seguir leyendo, descubrí que hablaban del Parlament… de Baleares.

Ya está. ¿Nos despedimos con un ejercicio rápido de relajación? Respira hondo y repite conmigo: "Ommm".

... ¡Pues sí que tenía prisa!

Namasté. Luis Pardo.