HELENA RESANO. PERIODISTA
OPINIÓN

Brecha salarial, existe y es real

HELENA RESANO
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"¿Eres mujer y trabajas? Que sepas que desde hoy y hasta el 31 de diciembre lo vas a hacer gratis. Es la consecuencia de la brecha salarial". Es el tuit que colgué la semana pasada, el 8 de noviembre, y que más ruido, polémica, réplica y reflexión ha generado en mi cuenta desde que estoy en Twitter, y ya son 6 años.

Evidentemente no hay nadie que vaya a trabajar gratis: ninguna mujer va a dejar de percibir su sueldo este mes de noviembre y el mes de diciembre. Quería recoger de forma gráfica los datos de Eurostat que hablan sobre una realidad que existe y que, visto estos días, se sigue negando. Hablo de la brecha salarial. Seguimos cobrando menos, un 23% según los sindicatos, un 16% según datos de la UE. Pero ¿por qué? Las mujeres seguimos teniendo un evidente techo de cristal: no accedemos a los puestos directivos en el mismo porcentaje que ellos. Eso es una realidad.

Las mujeres somos las que más ocupamos puestos de trabajo por horas: solicitamos la reducción de jornada en mayor porcentaje que ellos por una razón que, a día de hoy, parece ser inamovible. Seguimos siendo nosotras las que mayoritariamente nos ocupamos del cuidado de los hijos o de las personas mayores. Es así, es una realidad. Y el tercer factor que es incuestionable: las mujeres somos las que en mayor porcentaje accedemos a los puestos peor pagados (empleadas del hogar, cuidadoras, etc.). Seguimos siendo minoría en puestos tecnológicos, los empleos mejor pagados.

Todo eso sumado hace que la brecha salarial sea una realidad. Realidad que muchos se empeñan en negar. Hay quien sigue diciendo (lo he leído estos días en mi TL) que, si esto fuera así, los empresarios solo contratarían mujeres.

Es verdad que no hay estadísticas recogidas de que una mujer, trabajando en el mismo puesto y las mismas horas, cobre menos que un hombre. Solo existen testimonios, recogidos sobre todo en el mundo del cine. Grandes estrellas han denunciado que cobran menos que sus compañeros de rodaje. Amanda Seyfried o Jennifer Lawrence han clamado al cielo por esa discriminación salarial. Y estoy segura de que ocurre en muchos más ámbitos.

Las previsiones dicen que esta desigualdad laboral y salarial se corregirá a finales de siglo. Quedan por tanto 90 años para lograr que una chica que se forma, estudia y se esfuerza exactamente igual que su compañero de pupitre sienta que el mundo laboral premiará ese esfuerzo y no lo penalizará. Que no tendrá que renunciar a su trabajo cuando sea mamá, que los permisos de maternidad y paternidad sean algo tan común que ninguna empresa se cuestionará si es más rentable contratarla a ella o a su compañero de pupitre. Queda mucho, sí, algunos dicen incluso que las nuevas tecnologías ampliarán esa brecha salarial, pero lograr vencer ese muro eliminará muchos machismos que desgraciadamente he tenido que volver a leer en mi TL esta semana.

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