Emakunde dice que la atención a maltratadas en el sistema sanitario, judicial y educativo "depende del profesional"

Destaca la necesidad de "mejorar" la coordinación con los servicios sanitarios donde estas mujeres "no tienen ningún trato preferencial"

La directora del Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde, María Silvestre, ha denunciado que la "actuación y coordinación" de la atención a las mujeres que sufren maltrato doméstico desde el sistema sanitario, judicial y educativo "no están institucionalizados" y el nivel de coordinación "depende del profesional que intervenga". En concreto, ha destacado la necesidad de "mejorar" la coordinación con los servicios sanitarios donde las mujeres "no tienen ningún trato preferencial".

Silvestre ha comparecido ante la Comisión de Políticas Sociales, Trabajo e Igualdad del Parlamento vasco para presentar dos informes sobre la 'Respuesta institucional ante las necesidades de acogimiento de las mujeres víctimas del maltrato doméstico en la CAPV. Evaluación del alcance y la eficacia de los recursos de acogida en materia de maltrato doméstico contra las mujeres'; y el informe 'Cifras sobre la actuación de las mujeres y los hombres en Euskadi 2010'.

Sobre la respuesta institucional ante las necesidades de acogimiento de las mujeres víctimas del maltrato doméstico en Euskadi, Silvestre ha explicado que las valoraciones de este informe son el resultado del contraste de los diversos casos expuestos a lo largo del estudio, donde se le ha concedido una "visibilidad mayor" a aquellas aportaciones resultantes de las diversas entrevistas realizadas al personal gestor, usuarias, y trabajadoras.

Según afirma el estudio, los recursos de acogida para mujeres víctimas del maltrato doméstico atienden "en gran medida" a las necesidades de las mujeres, aunque las mujeres de grupos más vulnerables, con problemáticas añadidas como toxicomanías y trastornos de salud mental, presentan necesidades que no siempre se pueden atender adecuadamente desde estos recursos.

Asimismo, subraya que en la mayoría de los recursos de acogida y desde los servicios sociales se intenta "flexibilizar lo máximo posible" los procesos para atender a las necesidades particulares de las usuarias y destaca que la larga duración de los procesos judiciales afecta negativamente al proceso de recuperación de las mujeres.

El informe también señala que "en gran medida" los procesos se ajustan a los objetivos de los recursos de acogida pero ha indicado que un aspecto que podría "mejorarse" es la participación de las mujeres en la planificación y funcionamiento de los recursos de acogida.

En este sentido, subraya que la "especial vulnerabilidad" en la que se encuentran muchas veces las mujeres "parece requerir que desde los recursos se asuma cierta 'tutela'", y ha advertido de que esta "se puede percibir excesiva, con el riesgo de cronificar dependencias o dificultar la autoconfianza y autoestima". CUMPLIMIENTO

Por otro lado, ha indicado que "en gran medida" los recursos de acogida cumplen con la normativa reguladora, aunque algunos municipios mayores de 20.000 habitantes no disponen de recursos de acogida, y existen ciertos aspectos del Decreto regulador que no se cumplen en el cien por cien de los recursos, como el hecho de disponer de plazas adaptadas a personas con discapacidad sensorial, contar con personal adscrito a los servicios de acogida inmediata, cumplir con la capacidad máxima y las instalaciones y dependencias mínimas establecidas. "Se observa un acercamiento progresivo de los recursos de acogida a los requisitos exigidos por la normativa", ha defendido.

Al respecto, ha señalado que otro aspecto pendiente de cumplimiento es la creación de un servicio especializado para mujeres víctimas del maltrato doméstico con problemáticas añadidas por parte del Gobierno vasco.

Respecto a la información de los agentes sobre los itinerarios y procesos del Servicio a estas mujeres, el informe defiende que en lo que respecta a los servicios sociales y personal del ámbito policial, así como desde el ámbito judicial están "bien informados", aunque destaca que desde el ámbito sanitario y educativo "no siempre la información y los protocolos de actuación están claros para la totalidad de los profesionales".

Buen nivel de coordinación

En este sentido, destaca que "en general" existe un "buen nivel" de coordinación en lo que respecta a los servicios sociales de base y los servicios especializados, y la Ertzaintza y policía local. En cuanto al sistema sanitario, judicial y educativo, en muchos casos la actuación y coordinación de la atención a mujeres víctimas de maltrato doméstico "no están institucionalizados y el nivel de coordinación depende del profesional que intervenga".

En concreto, el informe explica que en la coordinación con los servicios sanitarios destaca inicialmente que las mujeres victimas de violencia doméstica "no tienen ningún trato preferencial y que tampoco existen cauces específicos definidos para estos casos, dependiendo del profesional que intervenga".

"Para algunas situaciones es difícil conseguir atención especializada a mujeres que se han tenido que mudar a otro municipio, así como se presenta muy variable en función del centro, la colaboración en el mantenimiento del anonimato de las víctimas de maltrato doméstico", detalla.

Coordinacion interinstitucional

Sin embargo, Silvestre ha defendido que para "mejorar" este servicio es necesario "impulsar" la coordinación interinstitucional y ha recordado el trabajo que Emakunde lleva a cabo con la asociación de municipios vascos, Eudel en la adecuación del decreto regulador. "Se está haciendo un esfuerzo por parte del poder foral, municipal y desde la coordinación del gobierno para tratar de adecuar estos servicios", ha defendido.

Según afirma el informe, existe un grado "elevado y progresivo" de colaboración intersectorial en Euskadi en los recursos de acogida, con el refuerzo del Acuerdo Interinstitucional, el desarrollo de Protocolos de actuación y la colaboración entre instancias locales de igualdad y los demás sectores. Sin embargo, se detectan carencias de participación o procedimientos adecuados en algunos sectores, como el educativo o sanitario.

En materia de inserción sociolaboral, ha defendido que el Servicios vasco de Empleo, Lanbide, es una "oportunidad" para "mejorar y garantizar" la inserción laboral de las mujeres que sufren maltrato doméstico y que la Dirección de Atención a Víctimas de violencia de género, "no sólo está en contacto con el Departamento de Empleo y Asuntos Sociales, sino también con Lanbide, Vivienda y otros servicios del Gobierno vasco que están reubicadas a dar una atención a las victimas de género como es el caso de la 'ventanilla única', una base de datos que interrelacionará los expedientes para poder dar una respuesta más efectiva y directa a las mujeres víctimas de violencia de género".

Informe de datos

Respecto a informe anual que Emakunde realiza de las 'Cifras sobre la actuación de las mujeres y los hombres en Euskadi 2010', el texto señala que la distancia de género en el poder adquisitivo sigue siendo "abismal" entre mujeres y hombres, de forma que mientras la renta personal media total de las mujeres es de 11.857 euros, la de los hombres casi es el doble con 23.224 euros.

Además, según la encuesta de estructura salarial del INE, la diferencia salarial entre hombres y mujeres es de 7.139,50 euros, siendo Servicios el sector donde mayores diferencias se producen.

Los datos revelan también que el 82,9 por ciento de las personas en riesgo de pobreza, es decir, sin ingresos suficientes para optar a una vida en solitarios, son mujeres, y casi el 50 por ciento de los hogares en los que vive una mujer sola se encuentran en situación de riesgo de pobreza o de ausencia de bienestar.

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