José María Ruiz-Mateos, el hombre que pasó del "te pego leche" al "me pego un tiro"

  • José María Ruiz-Mateos fue durante muchos años el hombre que pegó un puñetazo a Miguel Boyer, al que también ridiculizaba en sus anuncios.
  • Muy religioso y familiar, tiene 13 hijos, siete mujeres y seis hombres, con Teresa Rivero, presidenta del Rayo Vallecano.
Imagen capturada de la televisón que muestra el momento de la agresión de José María Ruiz-Mateos a Miguel Boyer.
Imagen capturada de la televisón que muestra el momento de la agresión de José María Ruiz-Mateos a Miguel Boyer.
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Imagen capturada de la televisón que muestra el momento de la agresión de José María Ruiz-Mateos a Miguel Boyer.

"¿Te molesta que haya dicho eso de ti? Dale gracias a Dios por lo que han podido decir y no han dicho". A José María Ruiz Mateos, le gusta citar frases de Camino, el libro del fundador del Opus Dei, en las entrevistas. Las frases grandilocuentes, de cosecha propia, las reserva para los comunicados, como el que este jueves envió a los medios de comunicación, explicando que el tiempo que le quede de vida continuará con su obsesión: "Dar trabajo al que no lo tiene", o como la que ese mismo día pronunció en una rueda de prensa, rodeado de sus hijos varones: "Si no pagara a mis inversores, me pegaría un tiro, si la fe que profeso me lo permitiera".

La salvedad es importante, porque Ruiz-Mateos pasará a la historia por sus agresiones e insultos a Miguel Boyer (el ministro de Economía que gestionó la expropiación de Rumasa), sus anuncios de dudosísimo gusto, sus apariciones públicas disfrazado y por su ardiente y devota religiosidad, que lo llevó primero a ser miembro del Opus Dei, y después, tras un sonado enfado con estos, a ser benefactor de los Legionarios de Cristo, a quienes entregó un donativo de 6 millones de euros en un momento delicado para la fundación ultracatólica y conservadora: su fundador, Marcial Maciel estaba siendo investigado por abusos sexuales a seminaristas.

En menos de dos meses, José María Ruiz Mateos (Rota, 1931) cumplirá 80 años. Lejos para él quedan los tiempos del "Te pego leche, yo te pego leche" con el que anunció a voces su famosa agresión a Boyer, en los juzgados madrileños, en mayo de 1989, o aquel "Bribón" vibrante con el que le gustaba apelar a su particular bestia negra. También lejos quedan sus estrafalarias puestas en escena, ya fueran disfrazado de Superman, pidiendo justicia: "Superman es justiciero, como aquí la justicia no existe, he llamado a mi amigo de América", o vestido de presidiario, en medio de la calle, retando a la Justicia "Mirad como tiemblo, mirad" (sus salidas y entradas de la cárcel han sido habituales).

Pero en el imaginario colectivo, Ruiz-Mateos será también recordado por esos anuncios de flan Dhul en los que, vestido de jugador del Rayo, le metía los goles a un portero que representaba a Boyer, o aquel otro de los bombones Trapa, en el que parodiaba de forma burda los anuncios de las competencia, protagonizados por Isabel Preysler, la mujer de Boyer. Y pocos políticos querrán recordar que fue capaz de lograr más de 600.000 votos en las elecciones al Parlamento Europeo de 1989, con la Agrupación Ruiz-Mateos, lo que le dio dos escaños que escocieron mucho en el amor propio de otros partidos más serios.

En casa, siempre apoyándolo e insuflándole energía, su mujer, Teresa Rivero, presidenta del Club de fútbol Rayo Vallecano (con graves problemas financieros), y sus trece hijos, seis hombres y siete mujeres. Éstas, a diferencia de sus hermanos, no ejercen ningún puesto de responsabilidad en las empresas, ya que, según explicaba el propio Ruiz-Mateos hace un año y medio en una entrevista, "fueron educadas para ser madres de familia". Quizá su amigo Berlusconi (que lo recibió en su casa cuando Ruiz-Mateos recibió una medalla del Vaticano) se solidarice ahora con él desde la distancia.

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