El sector tendrá seis meses para adaptarse al nuevo decreto de artes y aparejos

Quintana trasladará a Damanaki sus "impresiones" sobre el recorte de la bacaladilla en una reunión prevista para la semana que viene
Rosa Quintana
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CONCHI PAZ
Rosa Quintana

La Consellería do Mar concederá a pescadores y mariscadores un periodo transitorio de seis meses para adaptarse al nuevo decreto de artes y aparejos, que publicará el Diario Oficial de Galicia (DOG) en los próximos días y entrará en vigor 20 días después.

Pero, a partir del pasado viernes —cuando el Consello de la Xunta dio luz verde al documento—, el sector cuenta, "por fin, con una herramienta adecuada y adaptada a la realidad", tal y como ha destacado la titular del departamento autonómico, Rosa Quintana, en rueda de prensa.

La máxima responsable gallega en materia de pesca ha resaltado que el texto es fruto de unos 50 encuentros celebrados desde la primera reunión con el Consello Galego de Pesca en junio de 2009, apenas tres meses después de la llegada de los populares al frente de la Xunta. "Lo que hoy se resume en pocos minutos, es resultado de mucho tiempo de trabajo", ha incidido Quintana.

Al respecto, ha llamado la atención sobre el triple objetivo que persigue el Ejecutivo autonómico con este decreto: uno, social; el segundo, económico y un tercero, medioambiental. El anterior, ha recordado, databa de 1993, año en que se creó la unidad técnica de bajura que ha ejercido un seguimiento de la situación de las artes y aparejos en la Comunidad gallega desde entonces.

Con el nuevo, la consellería persigue facilitar el "máximo bienestar social" de los colectivos del mar, ha señalado Rosa Quintana. También pretende contribuir a la explotación "racional" de los recursos, a su "control" y al "bienestar económico" de las localidades que viven de la pesca, mediante la "influencia directa" sobre el empleo de estas comunidades.

Principales novedades

Para ello, la normativa recoge, entre sus principales novedades, la inclusión de artes que hasta ahora no estaban reguladas, como la nasa para la centolla —unifica las de nécora y camarón— y enmalle como las 'volantillas', los 'volantines', la 'raeira', la 'rañica' y la 'gancha a pie' como arte de marisqueo, ha enumerado.

Además, incorpora de nuevo la 'forquilla', que estuvo prohibida durante algún tiempo. Todas estas modificaciones están "avaladas", según ha recordado Quintana, por la ejecución de planes experimentales que "demostraron su buen funcionamiento y viabilidad".

Con la finalidad, asimismo, de uniformar el número de artes por embarcación, el documento establece una clasificación de los buques en siete grupos distintos en base al arqueo.

Además, permite faenar en el periodo ordinario de descanso en caso de acontecimientos señalados, lo que se compensará con jornadas de descanso en días laborables.

Otra de las posibilidades que ofrece, a diferencia del decreto vigente, es la de mantener las artes caladas fuera de los periodos autorizados en aquellos casos en que las condiciones meteorológicas sean adversas.

Por último, abre la opción de establecer cuotas máximas de captura y la regulación de capturas incidentales con el propósito de favorecer una mejor gestión cuando el recurso lo necesite. Tal y como explicó la Xunta la semana pasada, esta medida es "fruto de la experiencia" en especies como el pulpo.

Reunión con damanaki

Por otra parte, a preguntas de los periodistas, Quintana ha apuntado que trasladará sus "impresiones" sobre el recorte de la cuota de la bacaladilla en el Cantábrico Noroeste en un 93 por ciento a la comisaria de Pesca, María Damanaki, en un encuentro previsto para la semana que viene. "Es uno de los puntos que llevo en mi agenda", ha afirmado.

"Nos gusta ser optimistas y pedir el máximo", ha enfatizado la dirigente, aunque, tal y como ha reconocido, el grupo de trabajo conformado por representantes del sector y miembros de la Administración autonómica se encuentra "a la espera" de los informes científicos que determinen el nivel de recurso en el caladero para, en base a este "argumentario", exponer sus reclamaciones ante Bruselas.

A tal efecto, "es importante que el ministerio —de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM)— defienda los intereses gallegos", ha subrayado Rosa Quintana, al referir que el Gobierno central es el "competente" para negociar dichos asuntos.

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