Los madrileños que pasean a sus perros por las calles de la capital llevan días haciéndose la misma pregunta: "¿Dónde están los sanecanes?". Por su parte, los vecinos que no tienen mascotas no habrán notado la desaparición de estos envases, pero sí han percibido su principal daño colateral: las aceras de Madrid comienzan a llenarse de cacas de perro.

Hasta ahora, los sanecanes –instalados hace una década– eran un elemento habitual del paisaje urbano de la capital. Estos envases tenían un dispensador de bolsas y un recipiente para introducir los deshechos: los dueños de animales recogían los excrementos con el plástico y los tiraban en el interior. Pero ya no podrán mantener ese hábito.

El pasado 1 de enero, el Ayuntamiento de Madrid empezó a retirar todos los sanecanes de la ciudad tras vencer el contrato de la empresa que los gestionaba. La práctica totalidad de los envases ya han desaparecido y los pocos que quedan carecen de bolsas, ya que la concesionaria ha dejado de reponerlas. "La única solución que nos queda a los ciudadanos cívicos es traer las bolsas desde casa, comprándolas en las tiendas de mascotas o reutilizando las que dan en el supermercado", cuenta M.ª Dolores García, dueña de un perro en una carta a 20 minutos.

La supresión de los sanecanes forma parte del contrato suscrito con la empresa Plastic Omnium, según el cual el Ayuntamiento gastará 72 millones de euros en instalar y mantener 63.504 papeleras hasta 2019. Los 2.546 sanecanes retirados se tendrían que haber sustituido inmediatamente por otras tantas papeleras que cumplirían su misma función, al tener un dispensador de bolsas. Sin embargo, eso todavía no ha ocurrido.

"Tenemos las nuevas papeleras con bolsas listas para ser instaladas y estarán todas colocadas de aquí al 4 de marzo", según fuentes del área municipal de Medio Ambiente. Además, "ya hay en toda la ciudad 3.454 recipientes de este tipo, con lo que en marzo habrá 6.000". Mientras, los sanecanes que se han quitado de las calles se ubicarán en las zonas verdes de la capital.

Para los dueños de mascotas, "esas papeleras deberían estar puestas ya, no tiene sentido esperar hasta marzo para colocarlas, los perros siguen haciendo sus necesidades", según una vecina. "Si no se reponen rápidamente los contenedores retirados, Madrid puede convertirse en pocas semanas en una ciudad minada de cacas", advierte el responsable de Medio Ambiente en el PSOE de la capital, Pedro Santín.

Andreea, 22 años, dueña de 'Andrew', confiesa que "muchas veces" no recoge los excrementos de su perro Andrew. "Ahora que no se encuentran bolsas en ninguna parte paso de recoger las cacas, si no me dan facilidades no voy a recoger la mierda con la mano", cuenta mientras pasea a su perro por el paseo de las Yeserías. Desde que se han comenzado a retirar los sanecanes, "la calle está cada vez más llena de cacas", explica. De hecho, "últimamente he pisado unas cuantas y mi hijo esta mañana ha pisado otra y me ha reñido: me ha dicho que está todo lleno de cacas por mi culpa". Al contrario que Andreea, su hermana "sí las recoge, se trae las bolsas de casa para limpiar el suelo".

Remi, 49 años, dueña de 'Zar', cree que "los sanecanes eran una ayuda, pero aunque ahora no haya tenemos la obligación de limpiar las cacas de nuestros perros". Esta señora siempre se ha traído la bolsa de casa. Y no sólo eso: "Además de la bolsa me traigo unas servilletas, que es más higiénico que el plástico y además es biodegradable", explica. Según ella, "los que dicen que no recogen las cacas porque el Ayuntamiento les ha quitado las bolsas son unos incívicos; muchos ponen cualquier excusa para no limpiar las heces y eso no está bien, no cuesta nada tirarlas". Además, es partidaria de "que cada uno se traiga su propia bolsa de casa: los ayuntamientos deben utilizar su dinero en cosas más importantes".