Querer es poder para el cantaor badalonés, que cierra un año de éxito con sus conciertos de copla de siempre.

Son días de luto para el flamenco con la muerte de Enrique Morente.

La profesión está, como yo, desconcertada y con mucha tristeza porque no era el momento de que Enrique se fuese.

¿Estará presente en los 4 conciertos que ofrece desde este jueves?

Es que él ha estado siempre presente en todo lo que hago, porque es un referente. Él fue el que me animó a grabar mi disco en catalán. He aprendido de él a saludar al entrar a un teatro donde actúo. Soy bastante tímido y cuando entraba en una sala no miraba a nadie, como un torero cuando va a la plaza.

¿Las Coplas del Querer son las que usted escuchaba de pequeño en casa?

Muchas sí. Otras las he encontrado en el camino y las he ido incorporando a mis recitales de flamenco. He escogido temas atemporales que hablan de amor y desamor.

La copla se juzga como algo anticuado y sólo apto para folclóricas.

Pues es una música joven y petrificarla me parece una mutilación al género horrorosa. ¡Pero si es un género que acaba de empezar! Tiene poco menos de un siglo y hay coplas como Ojos verdes y La bien pagá que se han versionado para ser cantadas por hombres. Otras no. No tengo ningún inconveniente en cantarle a un hombre con toda tranquilidad. No en cantar como si yo fuera una mujer. El amor no tiene sexo.

En estos conciertos interpretará una versión de El cant dels ocells.

Sí, lo haré, porque, de alguna forma, es un villancico catalán precioso. Y también es posible que cante algo flamenco. Será un pequeño recuerdo a Enrique (Morente).

¿Con qué copla de su repertorio se queda?

Depende de mi estado de ánimo. Sí que me ha pasado todo lo que ha cantado la antología Bola de Nieve.

*Coliseum. Gran Via, 595. Hasta el domingo. Hoy (21h). De 28 a 52 euros.