El consejero del Grupo Socialista en el Cabildo Insular de Tenerife, Juan Miguel Martín Zarza, ha criticado este martes que la planta desfluorizadora de El Reventón, ubicada en Icod de los Vinos, se mantenga inactiva y sin visos de ponerse en marcha, "a pesar de haber costado cuatro millones de euros, de haberse publicitado hace seis años como un complejo hidroeléctrico 'único' en el mundo, y a pesar, sobre todo, de que la comarca noroeste tiene un serio problema de exceso de flúor en el agua de consumo".

El consejero obtuvo esta información a través de la comparecencia que solicitó en la última Comisión Plenaria de Agricultura y Aguas, para que el consejero con delegación en esta materia Pedro Suárez (PP) informase sobre la situación del agua en la comarca, ante los avisos de la Dirección General de Salud Pública, según detalló en un comunicado.

El consejero socialista expone que "esta planta es un monumento a la mala planificación, ya que el consejero con delegación especial en Aguas argumenta que no existe demanda para poner en marcha la planta y que tampoco está a la cota precisa para abastecer de agua de consumo a la zona".

Martín Zarza se pregunta "cómo es que ahora la planta no puede ponerse en funcionamiento, cuando 2004 se la presentaba como una de las más punteras instalaciones en desalinización y generación de energía eléctrica".

Asimismo, Juan Miguel Martín Zarza considera que "la situación del agua de consumo en el noroeste de la Isla es lo bastante precaria como para que todos los recursos públicos estén trabajando para que la calidad del agua se sitúe en los parámetros que aconseja la Dirección General de Salud Pública".

El consejero del Grupo Socialista entiende que "el hecho de que la planta de El Reventón no esté funcionando es un ejemplo más de la completa irresponsabilidad con que se maneja el Consejo Insular de Aguas; se trata de una infraestructura carísima, que se anunció como 'la solución definitiva' a la mala calidad del agua, en palabras del propio Ricardo Melchior en 2004, y que a día de hoy no es más que un cadáver, una instalación sin vida, mientras los ciudadanos de la Isla Baja siguen sufriendo restricciones en el agua de abasto y un exceso de flúor que pone en riesgo su salud".

Juan Miguel Martín Zarza afirma que el hecho de que esta planta permanezca sin actividad "es una muestra más de la escasa sensibilidad que el Cabildo Insular de Tenerife ha demostrado siempre con los ciudadanos del noroeste de la Isla, a los que tiene en el más completo olvido".