29 Años, 9 Meses y 1 Día. Con tan explícito título, Los Suaves lanzan un CD-DVD grabado en directo ante más de 10.000 fieles. Fue en su tierra, Orense, ciudad que ya cuenta con una plaza con su nombre. Al habla, Charly, bajista y miembro fundador de una de nuestras bandas más legendarias.

Una plaza, un sello, una medalla... ¿Qué significa para Los Suaves tanto reconocimiento? Todos tenemos sueños, y algunos se cumplen. En principio pensé que Los Suaves durarían un concierto, pero cuando ves que el grupo va para adelante, que la gente te sigue... Es un orgullo ver que todo un pueblo muestre ese cariño hacia ti.

La vanidad y el egocentrismo Llevan a Orense por bandera... Esta ciudad me hizo como persona. Me gusta pasear, hablar con la gente, etc. Siempre hemos sido coherentes con el hecho de ser de aquí.

¿Cumplen alguno de los tópicos sobre gallegos? No creo en tópicos. Hay andaluces aburridos de cojones y sin ninguna gracia y catalanes que no tienen nada de tacaños. Me emociono con una muñeira o con una gaita si estoy fuera de Galicia. Aunque si las estoy oyendo todo el día digo: ¡Ya está bien, carallo! (risas).

Treinta años en la brecha, ¿con qué se quedan? Con la gente. Al final de cada concierto hacemos el tercer bis: ir a hablar con los fans. Eso ha creado una relación muy estrecha, porque de hecho ellos son el grupo. Los Suaves somos todos.

¿Alguna vez han pensado en dejarlo? No. En 30 años ha habido tiempo para todo, pero nunca llegaba más allá de las broncas puntuales. La vanidad y el egocentrismo se superaron hace años. Mientras sigan los Rolling puede seguir cualquiera. Cuando lo dejen ellos, ACDC, Springsteen…, entonces hablamos.

En 1981 tocaron con Los Ramones. ¿Qué recuerdan de aquella noche? Había muchos nervios. Nos metieron en el camerino, nos dieron un whisky cinco minutos antes y nos sacaron al escenario. Nos hacía ilusión porque íbamos a ver gratis a Los Ramones (risas).

¿Y del concierto de los Rolling en 1999 en Santiago? Fue muy bien. Había más gatos que lenguas... Los Rolling Stones son grandes en todo el mundo, pero en Galicia, cuidadín. Venían en su limusina. Nos dijeron que tocáramos 54 minutos y tocamos 51, para que se jodieran (risas). Se mueven en otra liga. Alto standing, tío.

¿Cómo ven el rock español hoy? Cojonudo. Hay grandes músicos, pero la industria está muerta. Es un problema, sobre todo para los que empiezan.