El portavoz del Grupo Parlamentario del BNG, Carlos Aymerich, ha considerado que la Xunta "debería haber informado bien" a Benedicto XVI sobre la historia de este país y lo que ocurrió en los años 40, con la dictadura franquista, porque "después de pagar todos los gallegos la visita, aún por encima recuerda los años 30 sin pedir perdón" sobre los siguientes. Además, destaca que "a Santiago vino quien quiso venir" y ha concluido que manifestaciones a favor del gallego "dejan más dinero" en Compostela de lo que el evento del sábado.
Preguntado por la visita papal del 6 de noviembre, Aymerich ha reflexionado que "se ha puesto de manifiesto que la sociedad gallega va muy por delante" y que ha demostrado que "las creencias se pueden practicar sin ningún problema", porque "fueron los que quisieron y el resto siguió haciendo su vida". Además, ha destacado que durante varios días, los compostelanos tuvieron que "soportar incomodidades, creyentes y no creyentes, y vivieron los días previos con normalidad y paciencia".
Así, y regresando al mensaje lanzado por el Sumo Pontífice, Carlos Aymerich también ha lamentado que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, "haya justificado" las críticas al laicismo —después de que hubiese defendido que no hay que interpretar "en sentido estricto" las palabras del Papa.
"Parece que alguien, no sólo en la Iglesia, tiene nostalgia de los años 40 y no sólo del nacionalcatolicismo, sino de la confesión Iglesia y Estado, y de la puesta del aparato público al servicio de la Iglesia", ha constatado, y advertido de que es "inasumible que tengan que pagar todos los gallegos la visita para que aún por encima escuchar que esto recuerda a los años 30 sin pedir perdón, alguien, y debería ser la Xunta, debería informar bien sobre la historia de este país".
Más allá del ámbito económico, en el que constata el "verdadero fracaso", Aymerich ha considerado que debe ser la Iglesia la que valore la asistencia de fieles a Santiago, toda vez que se trata de una visita pastoral. En todo caso, ha reseñado que "parece que no fueron los 200.000" que se esperaban en la capital gallega.
"sumisión" del poder
Al margen, ha criticado la "sumisión" del poder político sobre el eclesiástico en un estado aconfesional y tal y como se vivió, a su juicio, el pasado sábado, en la que hubo "casi una imagen medieval". Asimismo, incidió en su rechazo al gasto de tres millones de euros —previstos— para una religión, "respetable", pero que tienen que pagar todos los gallegos.
En este sentido, Aymerich ha dudado de las repercusiones positivas en el Producto Interior Bruto (PIB), ha criticado el "dispendio" para las ocho horas de visita, y considera que la Xunta debería implementar políticas económicas que proyecten a Galicia, que ya "estaba en el mundo", en lugar de esperar un "milagro" por la llegada de Benedicto XVI.
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