Cada seis segundos el ictus mata a una persona en el mundo, y durante el segundo siguiente ataca a otra. Así de una manera tan gráfica explica la Sociedad Española de Neurología (SEN) la importancia de una enfermedad  que cada año se cobra la vida de 6 millones de personas. Este viernes, 29 de octubre, se celebra el Día Mundial del Ictus bajo el lema : "Una de cada seis personas sufrirá un ictus, ¡podrías ser tú!".

La rápida atención médica es crucial para salvar la vida o minimizar al menos las secuelas del ictus, "un trastorno de la circulación cerebral que aparece de modo brusco porque una arteria cerebral se obstruye o se rompe, dando lugar al infarto cerebral o la hemorragia", según explica el Dr. Jaime Masjuan Vallejo, coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares (GEECV).

Juan Piñeiro, de 72 años, sufrió un ictus hace 7 años. Como había leído sobre la enfermedad reconoció los síntomas de lo que les estaba pasando y acudió rápidamente a un hospital madrileño, cuyo nombre prefiere no dar, explicando que "me estaba dando  un trombo o un derrame", cuenta a 20minutos.es. Aún así tardó bastante en ser atendido y en recibir la primera medicación. Tras algo más de un mes en el hospital, comenzó su largo proceso de recuperación, en el que ha sido fundamental el apoyo de su mujer y sus dos hijos.

"Estuve en rehabilitación dos meses, pero hubiera necesitado más. Lo que pasa es que tienen pocos medios y hay mucha gente esperando. Eso sí, los profesionales son buenos".  Después, comenzó lo más difícil: aprender a convivir con las secuelas de la enfermedad y tratar de superarlas."Yo trato de llevar una vida lo más normal posible. Puedo andar, con movimientos no perfectos, pero ando. Hago ejercicio de mantenimiento cada mañana, voy a un centro especializado dos veces por semana. He aprendido a escribir con la izquierda, porque la derecha la muevo peor, aunque ahora estoy empezando a escribir también con esa mano. Me manejo con el ordenador. También me volví a sacar el carné de conducir, porque necesitaba uno especial", explica optimista.

Sus ganas de superar la enfermedad y su deseo de conocer más sobre lo que le había pasado chocó con la realidad: no existía ninguna asociación ni ninguna institución a la que dirigirse. "Estaba perdido, en Madrid no había, como sí tenían en Barcelona, una asociación a la que ir, por eso me decidí a crear, junto a otras personas, la Asociación Madrileña de Ictus (que ahora preside)".

Sus estudios de economía lo han ayudado a montar esta asociación (Tel. 660 600 369 / icam.madrid@gmail.com) desde la que quieren "dar apoyo a las familias", explica, "no tenemos medios, pero tenemos voluntad", e insiste en algo que ya enfatizan los médicos: "Hay que concienciar a la gente de que llegar cuanto antes a un centro hospitalario es vital".

Precisamente uno de los puntos que más preocupan a los especialistas es la deficiente atención hospitalaria que todavía sufren muchas comunidades autónomas, a pesar de que hace dos años se aprobó la Estrategia Nacional en Ictus por el Ministerio de Sanidad. "Solamente existen 40 Unidades de Ictus (UI) en España, una cifra claramente insuficiente", explica el doctor Masjuan.

Los neurólogos recomiendan seguir una serie de hábitos de vida para prevenir la aparición de esta patología tales como ejercicio físico moderado, seguir una dieta sana y equilibrada, realizar controles periódicos de peso, de tensión arterial o del nivel de colesterol.

Sobre los motivos que pudieron provocar en él la enfermedad, su médico fue claro: "Ha tenido usted mala suerte". "Yo no tenía ninguno de los factores de riesgo: ni tensión alta, ni colesterol...", dice. Quizá por eso su testimonio refuerza el mensaje bajo el que este año se celebra el Día del Ictus: "¡Podrías ser tú!".

Alfredo Landa, Premio Ictus 2010

Alfredo Landa, que lucha desde hace meses con las secuelas de la enfermedad, ha sido galardonado este año con el Premio Ictus 2010. El actor, que no pudo asistir el jueves al acto organizado por la SEN y el Grupo de Estudios de Enfermedades Cerebrovasculares (GEECV), debido a un empeoramiento de su estado de salud, estuvo representado por sus hijas Iodia y Aïnhoa.

Alteración del habla. El paciente tiene dificultades para hablar, arrastra las palabras o directamente es incapaz de articular ningún sonido.

Debilidad o deriva en un brazo. El paciente sufre debilidad en uno de los brazos o los mueve descoordinadamente. No es capaz, por ejemplo, de elevarlos a la vez.

Asimetría facial. Un lado de la cara se mueve menos que el otro o no se mueve en absoluto, por ejemplo es incapaz de sonreír levantando ambas comisuras de los labios.