Estudiar FP asegura empleo; la universidad, mucho menos

En sólo un año se colocan el 80% de los estudiantes de ciclos formativos en Aragón. Hay universitarios que tardan tres años en encontrar un trabajo
Tener un título universitario ya no es sinónimo, como sucedía hace años, de conseguir un empleo rápido y bien pagado. Hoy en día es más fácil colocarse estudiando formación profesional que conseguir un empleo gracias a una licenciatura. Y la brecha aumenta con el tiempo.

Casi el 80% de los alumnos que cursan un ciclo formativo en Zaragoza encuentran trabajo en menos de un año, según revelan los últimos datos que manejan DGA e Inaem. En los ciclos de grado superior relacionados con los oficios, este porcentaje puede dispararse incluso hasta el 90%. «Es el caso de los estudios industriales, donde se colocan casi todos los estudiantes», explica Natividad Mendiara, directora de Educación Permanente de la DGA.

Los alumnos que se matriculan en estos cursos suelen tardar menos de tres meses en colocarse. Algunos terminan los estudios en junio y en sólo unas semanas firman su primer contrato, con sólo 20 años de edad.

En la Universidad, sin embargo, el esfuerzo adicional que conllevan los estudios no representa mayores facilidades a la hora de encontrar trabajo.

Muchos de los estudiantes emplean más de tres años en colocarse en lo suyo (sobre todo en humanidades) y encontrar empleo en menos de medio año es un logro reservado sólo a los universitarios que tienen los mejores expedientes.

Industriales y químicas

Los ciclos formativos de tipo industrial son los que más salidas laborales aseguran. En algunos centros, como en el IES Corona de Aragón, consiguen trabajo casi todos los alumnos de segundo ciclo. Los cursos relacionados con la química también facilitan la colocación. En el IES Ítaca no dan abasto para satisfacer las demandas de trabajadores de las empresas de Zaragoza relacionadas con este sector.  En el IES Los Enlaces triunfan los ciclos de gestión del transporte, que reciben el impulso de proyectos como PLA-ZA.

Las dos caras de la moneda

Virginia Pinilla

Estudió dos ciclos formativos relacionados con la informática. Tiene 25 años.

Después de estudiar su segundo ciclo formativo, Virginia colgó su currículum en Internet. A la media hora recibió una llamada telefónica para concertar una entrevista y en sólo tres días ya estaba montando ordenadores en la empresa CDC Augusta, una de las más veteranas de Zaragoza. «Era justo lo que quería hacer y aquí me ofrecieron la posibilidad de desarrollar mi trabajo. Lo que tengo claro es que nunca cambiaría mis estudios de formación profesional por una carrera universitaria», explica.

Fernando Rodríguez

Estudió la carrera universitaria de ciencias químicas. Tiene 23 años.

Fernando acabó la carrera el año pasado y comenzó a buscar empleo. «Me di cuenta de que el mercado laboral, sobre todo en el campo de la investigación, estaba muy complicado y decidí centrarme en otro aspecto de mi formación», indica. Su interés le llevó de vuelta a los estudios y ahora, a falta de un trabajo remunerado, se prepara para poder impartir clases de química.

«Es casi lo único que te permite encontrar un trabajo más o menos estable y además te ayuda a mejorar tu currículum e incluso te puede abrir alguna puerta laboral más», explica.

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