Presentada la restauración de la Iglesia de San Mamés, que ha acometido la Fundación Botín

El obispo de Santander, monseñor Vicente Jiménez Zamora, consagró este sábado el nuevo altar de la iglesia de San Mamés, en una ceremonia en la que se presentó la restauración del edificio y su entorno realizada por la Fundación Botín y que fue, a su vez, un reconocimiento a los 25 años de vida sacerdotal de Juan Carlos Pérez, párroco de Polaciones y Tudanca, muy querido en el valle.
El obispo bendice el altar
El obispo bendice el altar
EP/F. BOTÍN.
El obispo bendice el altar

El obispo de Santander, monseñor Vicente Jiménez Zamora, consagró este sábado el nuevo altar de la iglesia de San Mamés, en una ceremonia en la que se presentó la restauración del edificio y su entorno realizada por la Fundación Botín y que fue, a su vez, un reconocimiento a los 25 años de vida sacerdotal de Juan Carlos Pérez, párroco de Polaciones y Tudanca, muy querido en el valle.

En la ceremonia, a la que asistió numeroso público, hubo palabras de agradecimiento del alcalde de Polaciones, Teodoro Ruiz, y del alcalde pedáneo de San Mamés, Conrado Vilda, por la labor de la Fundación Botín y la colaboración del Gobierno de Cantabria y del pueblo. También intervino brevemente el párroco Juan Carlos Pérez.

El director del programa Patrimonio y Territorio de la Fundación, José María Ballester, y el arquitecto responsable, Eduardo Ruiz de la Riva, explicaron la actuación acometida.

La liturgia estuvo acompañada de instrumentos musicales tradicionales de la zona, el rabel y la bandurria. La ceremonia concluyó con una muestra de bailes a cargo de las Aulas de Cultura Tradicional y con un vino español en el local comunitario situado en las antiguas Escuelas, cuyo edificio ha sido igualmente restaurado por la Fundación Botín, así como la residencia del Cura párroco, situada en la primera planta de este edificio.

Homenaje al párroco

Juan Carlos Pérez, párroco de Polaciones y Tudanca, cumple este año sus bodas de plata en la región. El carácter "amable, cercano, sacrificado y luchador" de este sacerdote han sido "admirables" durante este cuarto de siglo, por lo que los habitantes y vecinos del valle le han rendido un homenaje.

"Es un hombre muy humano, y bastante olvidadizo. A veces tenemos que recordarle que tiene un bautizo o una comunión, y eso que son pocos los que se celebran en esta zona", comentan los vecinos.

Juan Carlos ha trabajado durante años al servicio de sus vecinos, siendo "uno más en la familia", promoviendo actividades y visitas culturales en un valle que, por sus características orográficas, "está prácticamente aislado durante todo el año".

Los vecinos purriegos quieren agradecerle también que "durante años, no sólo perdiese una misa sin importar las nieves, los vientos o las lluvias y además que guiase a los niños del valle hacia los campamentos de verano, donde se infundían valores para ser mejor persona".

Según una vecina del pueblo de Uznayo, Esperanza Viaña, "para nosotros Juan Carlos es modelo y ejemplo dentro de la Iglesia y deseamos que esté con nosotros durante muchos años más".

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