Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, dos de los escritores más representativos del llamado "boom latinoamericano" viven desde hace décadas vidas entrelazadas. Compañeros primero, amigos íntimos después y finalmente protagonistas de un enfrentamiento ya casi legendario.
Durante esos años se fue forjando una estrecha amistad que llevaría incluso a que Gabriel García Márquez se convirtiese en padrino del segundo hijo de Vargas Llosa. En el plano profesional, ambos se convirtieron en grandes protagonistas de la cultura de Occidente durante los años sesenta y setenta.
Sin embargo, los dos amigos dejaron de serlo hace ya muchos años. Los dos escritores se enemistaron en 1976, cuando estando ambos en México, el peruano supuestamente derribó al colombiano de un puñetazo tras una discusión.
Las diferencias entre ambos fueron aumentando con motivo de sus crecientes diferencias ideológicas.
Algunos también han querido trasladar la enemistad entre ambos a otros niveles. Durante mucho tiempo se ha dicho que Mario Vargas Llosa jamás podría conseguir el Premio Nobel de Literatura (que este jueves ha conseguido) debido a que Gabriel García Márquez lo obtuvo en 1982, un premio del que se decía que representaba a todos los escritores de esa generación, incluido Llosa.
Con el tiempo parece que las heridas se han ido curando y que la relación entre Llosa y Márquez se ha suavizado. En 2007, Vargas Llosa aceptó publicar un texto elogioso sobre Cien años de soledad en una nueva edición de dicha obra.
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