La Alianza de centroderecha del primer ministro sueco, el conservador Fredrik Reinfeldt, ganó las elecciones legislativas del domingo con el 49,2 %, frente al 43,6 %de la izquierda y el 5,7 de la ultraderecha, según el recuento final difundido este lunes por la autoridad electoral.

El resultado supone un avance de un punto para la Alianza, pero la pérdida de 6 escaños y con ellos de la mayoría absoluta -se quedó con 172 de los 349 totales-, debido a la entrada del ultraderechista Demócratas de Suecia en el Parlamento, con el 5,7%  y 20 diputados.

El bloque de izquierda -integrado por socialdemócratas, "verdes" y ex comunistas- retrocedió 2,4 puntos con respecto a las elecciones de 2006 y se quedó con 157 escaños, 14 menos que entonces.

El Partido Socialdemócrata fue el más votado con el 30,9%, lo que representa una caída de 4,1 puntos y 113 diputados, 17 menos.

El Partido Moderado (conservador) subió 3,8 puntos para situarse en el 30 %y ganar diez escaños, hasta los 107.

El Partido del Medio Ambiente ascendió a la tercera plaza con el 7,2%, dos puntos más, y 25 diputados, seis más.

Los tres socios de los conservadores en la Alianza perdieron representación: el Partido Liberal se quedó con el 7,1%y 24 escaños, frente al 7,5 y 28 diputados de hace cuatro años; el Partido de Centro, con el 6,6% y 22 (7,9% y 29 en 2006); y el Partido Cristianodemócrata obtuvo el 5,6% y 19 escaños, un descenso de un punto y cinco diputados.

El Partido de la Izquierda logró el 5,6 %, tres décimas menos, y 19 escaños, tres menos.

La participación fue del 82,1% 1,7 puntos más que en los anteriores comicios.

La ultraderecha hace historia

Con este resultado, Demócratas de Suecia ejercerá de árbitro tras los comicios, aunque su influencia se podría ver minimizada por la negativa de ambas coaliciones durante la campaña a cualquier tipo de colaboración con la ultraderecha, insinuando la posibilidad de hacer pactos puntuales rompiendo las coaliciones.

El líder de Demócratas de Suecia, Jimmie Åkesson, señaló ante sus partidarios que el partido había escrito "historia política" pese a la "censura y el boicot de los medios" y destacó que tiene cuatro años por delante para influir en la política sueca.

"No vamos a causar problemas, debemos asumir responsabilidades, es mi promesa al pueblo sueco", dijo Åkesson.

Demócratas de Suecia había conseguido acaparar buena parte de la atención en el tramo final de la campaña electoral gracias a la negativa del canal privado TV4 a emitir por racista un anuncio electoral suyo.