Takashi Miike, entre cebras y samuráis

  • El realizador nipón ha presentado 'Zebraman 2' y '13 assassins'
  • Es capaz de trabajar hasta en tres películas a la vez
  • Uno de sus trabajos, 'Imprint', se censuró en Estados Unidos
El cineasta Takashi Miike posa junto a dos de sus actores.
El cineasta Takashi Miike posa junto a dos de sus actores.
Efe
El cineasta Takashi Miike posa junto a dos de sus actores.

Es el Usain Bolt del celuloide. Nadie es capaz de rodar tan rápido como él ni de hacerlo tan seguido. Hablamos de Takashi Miike, director de un buen puñado de cintas de culto (Ichi the killer, Audition, Zebraman) y que ha venido a Venecia a presentar 13 assassins en sección oficial y Zebraman 2, que participa fuera de concurso, y que es capaz de rodar una cinta mientras se encuentra en el proceso de posproducción de otra y se encarga de preparar una tercera.

Miike es un director de culto en los círculos del cine fantástico. Admirado incluso por otros cineastas de culto, empezando por el propio Tarantino, ha aparecido esporádicamente en Occidente (dirigió un capítulo en Masters of Horror) e incluso hizo un cameo en Hostel, aquel baño de sangre perpetrado por el mismo Tarantino y Eli Roth.

Y como buen realizador de culto, tiene sus razones para serlo. Es capaz de rodar géneros tan enfrentados como la comedia o el terror, de ser capaz de traspasar fronteras y de dar a sus trabajos una violencia extrema. No en vano, el capítulo de Masters of Horror, titulado Imprint, se censuró en norteamérica debido a su extrema violencia. "Cuando me enteré que no se iba a emitir e iba directo al dvd pensé, lo he conseguido", explica mientras esboza una sonrisa al recordar ese episodio.

Volviendo a las cintas que ha presentado en el Lido, muestran dos caras muy reconocibles del Miike que se ha ganado los altares de una legión de seguidores. Por una parte, 13 Assassins, cinta de samuráis con sabor a lejano oeste y de la que le interesa mostrar "lo difícil que es conseguir vivir en paz. La sociedad actual no valora la paz, no quiere cambios y no arriesga nada, solo quiere una vida tranquila".

Un superhéroe con un traje a rayas

La otra cinta, fuera de competición, es Zebraman 2, secuela, obviamente, de Zebraman y que es uno de los trabajos más alocados de su carrera. Zebraman es, tal cual, la historia de un profesor humillado por sus alumnos, un padre calzonazos, un loser en toda regla, que se convierte en superhéroe. Pero no uno cualquiera, no. En uno que pasea por Tokyo vestido con unas mallas negras y blancas, imitando a una cebra.

La primera es una comedia en toda regla. Hilarante por momentos. En la segunda, Miike se ha puesto más serio y ha parido una cinta de superhéroes más convencional, pero con la que ni de coña pretendía llegar a un certamen de este calibre: "Me sorprendió muchísimo que me llamará el director del festival para venir con Zebraman 2. Y aún más la reacción del público en la sala, no parecía una proyección de la Mostra".

Miike, que estará con 13 assassins en el próximo festival de cine de Sitges, vive por y para el cine. No hay año en el que no ruede solo una película, y planea seguir hacieéndolo durante un tiempo. "En un mes acabaré mi próxima película", afirma. Probablemente, para 2011, ya habrá finiquitado alguna que otra más.

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