La Conselleria ha aplazado «a corto plazo» la aprobación de una ley catalana antitabaco, pero su titular apeló a «razones de salud laboral» de los trabajadores de establecimientos pequeños para que se «acabe prohibiendo el consumo de tabaco». En este sentido, Geli admitió tener «un sentimiento agridulce» al obligar a los empleados de la restauración a ser «fumadores pasivos». «Todos somos contradictorios», dijo gráficamente.
Mejor para el negocio
Geli se mostró más favorable a que sean los propios locales los que se «autorregulen» antes de «invertir en un inspector» que sancione.
Dentro de un año la Conselleria y el sector analizarán la situación. Para entonces, Geli confía en que haya funcionado «la presión» de la «mayoría de clientes no fumadores» y que los empresarios hayan advertido que un local sin humo «es un valor añadido» para el negocio.
Tratamientos pagados
Geli descartó que en Catalunya las ayudas para dejar el tabaco sean universales y generalizadas y las limitó sólo para aquellos fumadores que tengan «prescripción médica» y «hayan fracasado» en otros tratamientos.
La ley estatal deja a las comunidades la opción de financiar la deshabituación.
Urgencias llenas, pero sin gripe
Las urgencias de los grandes hospitales catalanes han empezado a notar mayor actividad asistencial, pero la consellera Geli insistió en que con «datos objetivos» aún «no se puede hablar de epidemia de la gripe» y aseguró que tampoco se espera para la primera semana de 2006. De momento, lo que hay son infecciones respiratorias varias. Las esperas para ingresar en planta el día de Sant Esteve rondaban las 12 horas en centros como el Parc Taulí de Sabadell o el Hospital Clínic.
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