El presidente viajó a Afganistán acompañado de los ministros de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos y del titular de Defensa, José Bono.

Tras rendir homenaje a los 17 militares españoles que fallecieron el pasado 16 de agosto en el siniestro del Cougar, en el mismo punto en que se estrelló la aeronave, el jefe del Ejecutivo manifestó ante los 370 militares de la base Camp Arena de Herat sus condolencias por el fallecimiento de dos compañeros, el cabo primero y el marinero que murieron el lunes en Ferrol a consecuencia de una explosión en la fragata Extremadura.

Zapatero, quien llevó como regalo a los soldados cava, mazapanes y turrón, agradeció a los militares españoles el trabajo que realizan por un pueblo que ha vivido "una historia de frustración y desesperanza" y subrayó que España está "magníficamente representada" por sus soldados.

Aseguró también que ha comprobado la gratitud de los afganos hacia las tropas españoles, motivada por el hecho de que, "además de seguridad, transmiten humanidad".

Cariño y apoyo del Rey

"Vuestras familias, en primer lugar, y todos los españoles nos sentimos muy orgullosos de lo que hacéis aquí y de lo que representáis", destacó. Después de trasladarles el "cariño, apoyo y reconocimiento" del Rey Don Juan Carlos, Zapatero recordó a los 17 militares fallecidos en el Cougar y resaltó que "todos los españoles les tendrán en la memoria".

Añadió que "cumplían con dignidad su tarea y sus familias dieron y dan cada día un ejemplo de civismo que sirve para todos los españoles". El jefe del Ejecutivo indicó que un pueblo es "digno" siempre que "recuerda y lleva en el corazón a aquellos que han dado la vida por servirle".

Estandarte de paz

Tras afirmar que está emocionado por el trabajo que desarrollan los militares y que es consciente de su aportación, Zapatero les pidió que sientan orgullo por su misión y por servir a un ejército que quiere ser "estandarte de la paz en el mundo".

El presidente destacó que España puede presentarse ante el mundo con orgullo por el trabajo de sus militares. "El pueblo español, desde el presidente al último soldado, puede sentirse confiado en aquellos en los que hemos depositado esta noble tarea de la defensa, la seguridad y la paz", concluyó Zapatero.

Unas horas antes de su discurso ante los militares, el presidente del Gobierno y los ministros de Exteriores y Defensa se desplazaron a bordo de helicópteros Super Puma y Cougar hasta la zona --cerca de la aldea de Casma Khani, en las proximidades de Herat-- en que se estrelló el Cougar, en el que fallecieron 17 militares españoles, el pasado mes de agosto.

Junto a las autoridades locales y provinciales afganas, Zapatero, Moratinos y Bono plantaron 17 cipreses en honor a las víctimas del siniestro aéreo.

Posteriormente, una compañía entonó el himno La muerte no es el final y dispararon salvas en honor de los caídos. Al término del homenaje, el gobernador provincial expresó sus condolencias al jefe del Ejecutivo por la pérdida de 17 militares "amigos del pueblo afgano" y entregó otros tantos regalos para las familias de los fallecidos.