Lydia Cacho apunta que el 30% que nutre la trata sexual son "turistas que hacen en Tailandia lo que aquí es delito"

La periodista, autora de 'Esclavas del poder', destaca el cinismo de los gobiernos por permitir que exista la esclavitud de personas y el cambio de dinero por la vida de mujeres

La periodista mexicana Lydia Cacho, que visitó hoy Sevilla para presentar su último trabajo sobre la tratas de personas 'Esclavas del poder' (Debate), apuntó que el 30 por ciento de los que nutren las redes de tratas sexuales son turistas de países desarrollados, como por ejemplo "los españoles que aquí serían casi siempre incapaces de mantener relaciones con jóvenes de doce años, en Tailandia no ven inconveniente porque consideran que son prostitutas".

En una entrevista concedida a Europa Press, la autora 'Memorias de una infamia' dijo que los grandes protagonistas de este fenómeno son los hombres, aunque los libros sobre tratas se centren en las víctimas, pues cuando se analiza se desprende que "el 70 por ciento de clientes de la prostitución de los países son los hombres locales y el 30 por ciento los turistas". Así, explicó que "nutren, alimentan y permiten que existan redes de tratas de niños y mujeres, pese a que los primeros pagan cifras menores y el turista que consume la prostitución más vinculada con la explotación sexual comercial paga hasta mil euros".

Tras cuatro años de trabajo y seguimiento de las mafias a través de experiencias y viajes por países como México, Guatemala, El Salvador, Colombia, Cuba, Nicaragua, Estados Unidos, España, Nigeria, Camboya, Francia, Portugal, Alemania, Suecia, Marruecos, Egipto, Senegal, Sudáfrica, China, Sri Lanka, India, Japón o Filipinas, entre otros, Cacho expresó que encontró indicios de que la esclavitud humana estaba aumentando radicalmente en el mundo, viendo en el nacimiento de la globalización, las leyes de la inmigración y la desigualdad de los sistemas jurídicos una base que explica este desarrollo, pues, según aclaró, cuando se implantó el concepto de la globalización en busca de la unión y la integración, "los países no transformaron sus políticas de estado en cuanto a la inmigración, reflejando un discurso idealista y otro hipócrita".

La trata de personas, según indicó, ha cambiado en muchos aspectos con respecto a épocas anteriores, así dijo que "hace una década se hablaba de redes criminales locales, abarcando en algunos casos dos países, mientras hoy las mafias se han globalizado de manera extraordinaria, viendo relaciones de los cárteles mexicanos en Nigeria, por ejemplo". En este sentido, manifestó que "las grandes mafias se globalizaron antes que el mundo lo hiciera con respecto a las estrategias de derechos humanos y protección de las mujeres".

Cacho relacionó este asunto con "una moneda de dos caras", esto es, por un lado está el hecho de que "el 85 por ciento de las tratas de personas está vinculada al sexo y la prostitución, que es lo que se ve, mientras lo que no se ve es cómo funcionan las cadenas alimenticias desde las primeras mujeres que enganchan a los niños y mujeres en los pequeños poblados hasta el gran vendedor que es un empresario o administrador".

Redes en 175 PAÍSES

Al hilo de esto, afirmó que "las mujeres siempre han estado dentro de la trata de personas sin analizarse su labor", así en todos los países donde hay redes de tratantes, que son "175 constatados", las mujeres que han sido víctimas recibe, en algunas ocasiones, la oferta de pasar al lado del opresor, aceptando por gusto o porque no hay otra salida. Además, las "enganchadoras casi siempre son mujeres en todos los países, excepto en China que son hombres", asimismo, dijo que las mujeres trabajan en el entrenamiento e inducción de otras, si bien "pocas son las mujeres que ostentas altos cargos en las redes y mafias", precisó.

Por otro lado, la periodista señaló a Europa Press que los límites entre la legalidad y la ilegalidad son "opacos", ya que la industria del sexo comercial ha logrado esta opacidad para así "poder ganar dinero todos los políticos y policías corruptos y, por supuesto, los criminales". En este sentido, indicó que así "no se puede distinguir cuando la prostitución está libre y desvinculada de la trata, endeudamiento, extorsión o explotación de la pobreza y no". "La dupla criminales y política crea una esclavitud y la fomenta, estando la irresponsabilidad política vinculada con una cultura de cosificación de las mujeres", aseguró.

En este sentido, añadió que este mundo es "una cadena alimenticia en el que aparecen los captadores, las agencias de viajes, los hoteles, los agentes de inmigración, los policías corruptos, los políticos, entre ellos diputados, ministros y embajadores, pero también las familias". En este punto, lamentó "el cinismo de los gobiernos por permitir que exista la esclavitud de personas y cambiar dinero por la vida de las mujeres".

"no hay carretera sin puticlub"

Con respecto a España, Cacho resaltó la labor realizada por los cuerpos de seguridad nacional en la detención de redes de tratantes, si bien, lamentó que se exista "un doble discurso político", pues mientras no se quiere abordar el tema de la prostitución, si debaten sobre el uso del burka o el velo". "No hay una carretera sin puticlub", afirmó, señalando que "éstos pagan impuestos y poseen sus permisos sanitarios y contabilizando 4.000 clubes de alternes, se entiende el dinero que le aportan a las arcas al Estado".

Así, dividió la situación en España en dos puntos, por un lado los ciudadanos que acuden a la prostitución y las mafias que actúan en las zonas turísticas. En este sentido, subrayó como los anuncios personales de los periódicos reflejan el aumento de mujeres asiáticas, un hecho que "no es fruto del cambio del gusto de los españoles, sino del trabajo de las mafias".

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