Cameron y Clegg: "Tenemos no sólo un nuevo Gobierno, sino una nueva política"

  • La coalición de conservadores y liberales tendrá como objetivo principal dar al Reino Unido "un liderazgo estable".
  • Cameron y Clegg ultiman la composición del nuevo Gobierno.
  • "El Ejecutivo de coalición representa un riesgo que el tiempo calibrará" comentó el viceprimer ministro liberal Clegg.

"Tenemos no sólo un nuevo Gobierno, sino también una nueva política en la que el interés nacional está por encima del interés de los partidos". Así se expresaba este miércoles el ya nuevo primer ministro británico, el conservador David Cameron, en su primer rueda de prensa conjunta con su viceprimer ministro, el liberaldemócrata Nick Clegg.

Ambos líderes escenificaron la unidad del recién nacido Gobierno de coalición, el primero del Reino Unido desde la II Guerra Mundial, llegando juntos a la rueda de prensa en una charla desenfadada por los jardines de la residencia oficial del primer ministro, que raramente han sido utilizados para encuentros con la prensa.

Cameron, cuya subida al poder pone fin a 13 años de gobiernos laboristas, ha prometido un Ejecutivo que se regirá por tres principios clave -"la libertad, la justicia y la responsabilidad"- y que tendrá como objetivo principal dar al Reino Unido "un liderazgo estable".

En este sentido se expresó también Clegg, quien destacó que el nuevo Gobierno "será duradero", pese a las diferencias entre ambas formaciones. "Hasta hoy éramos rivales y ahora somos colegas, y eso es algo que dice mucho sobre esta nueva política", manifestó Clegg.

"Era necesario un Gobierno ambicioso, decidido a trabajar incansablemente por un futuro mejor", añadió el líder liberaldemócrata, quien admitió que la opción del Gobierno de coalición representa "un riesgo" que el tiempo calibrará.

Seis carteras para los liberaldemócratas

Para demostrar "la profundidad y fortaleza" de su alianza, Cameron recordó los seis ministros que tendrá el partido de Clegg en el nuevo Gobierno de coalición, y aseguró que habrá representantes de sus aliados en todas las áreas de gobierno.

Los liberaldemócratas ocuparán, entre otras, las carteras de Medio Ambiente, con Chris Huhne como titular, y Negocios y bancos, con Vince Cable, mientras que Danny Alexander y David Laws -ambos negociadores del acuerdo de coalición- serán respectivamente ministro para Escocia y secretario jefe del Tesoro.

Ambos partidos llegaron a un acuerdo para formar Gobierno este martes, cuatro días después de las las elecciones, en las que los conservadores ganaron el mayor número de escaños, pero no consiguieron la mayoría absoluta. Horas antes, y para facilitar dicho acuerdo, el hasta entonces primer ministro, el laborista Grodon Brown, presentaba su dimisión.

Los dos líderes trabajarán juntos en la residencia oficial del primer ministro. Frente a la aparente sintonía entre ellos, que se mostraron relajados e incluso intercambiaron bromas, no faltan los escépticos que dudan de la viabilidad de una coalición forjada entre dos formaciones ideológicamente muy distantes.

Principales concesiones

Para lograr la alianza, ambos partidos han hecho concesiones, y mientras que los "tories" cederán seis ministerios a sus colegas liberaldemócratas, éstos parecen haber hecho los mayores sacrificios programáticos. Así, han accedido a los planes conservadores de reducir el déficit estatal en 6.000 millones de libras (unos 7.020 millones de euros) con recortes en el gasto público este mismo año.

También han renunciado a su política de conceder una amnistía para regularizar la inmigración ilegal para, en cambio, apoyar la iniciativa "tory" de poner un tope a la inmigración extracomunitaria.

El partido de Clegg, hasta ahora el más europeísta del país, ha accedido a la exigencia "tory" de someter a referéndum toda futura transferencia de competencias a Bruselas y a no adoptar la moneda única europea mientras dure la legislatura.

Los dos partidos han coincidido en fijar en cinco años la duración de la legislatura y presentar propuestas para la elección democrática de la Cámara de los Lores. Una exigencia crucial de los liberales era la sustitución del actual sistema electoral unipersonal mayoritario por otro de representación proporcional. En este sentido, la máxima concesión que han podido arrancarles a sus aliados es el compromiso de convocar un referéndum en torno al llamado "sistema alternativo", una opción intermedia.

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