Garzón: "Las escuchas eran la única vía para no perder los fondos del Gürtel"

  • Ha comparecido como imputado por ordenar intervenir las conversaciones en prisión entre varios de los implicados del 'caso Gürtel' y sus letrados.
  • "Había movimientos de dinero y se corría el riesgo de perderlo, la única vía para evitarlo era la interceptación de las comunicaciones" ha dicho.

El juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, ha declarado este lunes por espacio de cuatro horas ante el Tribunal Supremo como imputado por ordenar intervenir las conversaciones en prisión entre varios de los implicados del caso Gürtel y sus letrados.

Garzón ha asegurado que ordenar intervenir las comunicaciones que mantuvieron en prisión los responsables de la trama "Gürtel" con sus abogados era la "única vía" para evitar que ocultaran pruebas o se perdieran los fondos que manejaban.

Además, el juez de la Audiencia nacional, ha negado haber prevaricado o vulnerado la intimidad de varios de los procesados al ordenar intervenir las comunicaciones que mantuvieron en prisión con sus abogados.

El juez ha insistido en que al ordenar las escuchas su intención no fue "en ningún momento" la de conocer la estrategia de los letrados.

De esta forma, durante sus cuatro horas de declaración el juez de la Audiencia Nacional ha subrayado que con el auto por el que acordó intervenir las conversaciones no pretendió "limitar el derecho de defensa", sino averiguar el delito, "evitar la confirmación del mismo y la pérdida de los fondos".

Garzón llegó a las 10.10 h en coche a la sede del alto tribunal, donde había sido citado a las 10.30 h por el magistrado Alberto Barreiro, que instruye la querella presentada por el abogado Ignacio Peláez -que representa al empresario José Luis Ulibarri, imputado del 'caso Gürtel'-.

A su llegada, el juez ha sido recibido por cuatro personas que portaban banderas republicanas y pancartas de apoyo en las que se leían lemas como Más jueces como Garzón, Tapan el Gürtel echando a Garzón y Diga lo que diga el Supremo, yo, Rajoy, apoyo a Camps. Yo, a Garzón, en alusión a las últimas declaraciones del líder del PP sobre su respaldo al presidente de la Generalitat valenciana.

Garzón se ha negado a contestar a las preguntas de las acusaciones y sólo ha respondido a las del fiscal y de su abogado, Francisco Baena Bocanegra, así como a las que ha hecho el instructor. A su salida de la declaración, Peláez ha indicado que el magistrado no ha sabido dar explicaciones de la razón por la que no desglosó la intervención de las conversaciones que afectaban al derecho de defensa.

A preguntas del fiscal ha explicado que los letrados estaban además "presuntamente dentro de la trama, coordinando la actuación y preparando la salida del jefe de la organización -Francisco Correa-, además de datos relevantes para la investigación".

Según el magistrado, "era lógico pensar" que los imputados en prisión "necesitaran de un enlace" para seguir realizando operaciones para mover el dinero de la trama fuera de España.

"Las iniciativas sólo podían salir de prisión, había movimientos de dinero y se corría el riesgo de perderlo, la única vía para evitarlo era la interceptación de las comunicaciones, puesto que los máximos responsables de la organización estaban presos", ha asegurado el juez.

Ha precisado además que, a la hora de ordenar las escuchas, ponderó "con arreglo a los principios de proporcionalidad y necesidad" el alcance de una trama de "gran complejidad", por lo que consideró justificada su decisión.

Para Garzón, existían indicios de que los imputados podrían hacer llegar a sus letrados informaciones que "podrían dar lugar a nuevos hechos delictivos o a ocultar delitos" relacionados con la investigación.

Además de Peláez, están personados como acusación popular en la causa contra Garzón el presunto cerebro de la trama de corrupción del caso Gürtel, Francisco Correa, y su número dos, Pablo Crespo, a cuyos abogados tampoco ha querido contestar el juez. A la puerta del Supremo ha llegado también un grupo de mariachis, de un programa de televisión, que en varias ocasiones han cantado una conocida ranchera con la letra adaptada a la situación del juez.

Se trata de la tercera vez que Garzón declara como imputado en el Supremo, después de que ya lo hiciera el 9 de septiembre del pasado año por su actuación en el caso de las desapariciones durante el franquismo y el pasado 15 de abril por los cobros supuestamente recibidos del Banco Santander durante su estancia en la Universidad de Nueva York entre 2005 y 2006.

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