«De sus años en Filipinas volvieron medio locos»

Es hijo de uno de los 55 soldados que se resistieron a abandonar la última colonia española en Filipinas.
De su padre, aunque recuerda poco, sabe que lo pasó muy mal y que no tuvo más remedio que aguantar porque no tenía «qué llevarse a la boca».

¿Qué le contaba su padre?

Lo que más me ha llegado eran las historias que me contaban mis hermanos porque yo era muy pequeño cuando murió. Sé que a su vuelta vendió todo lo que tenía, no se por qué, yo creo que cuando volvió estaba medio loco.

¿Qué pudo provocar esa locura?

Ellos tampoco hablaban mucho. Tuvo que ser muy duro. Es posible que incluso se vieran obligados a comerse los unos a los otros porque pasaron 11 meses encerrados sin nada que llevarse a la boca.

¿Qué trabajo realizaba  allí?

Era sanitario, trabajaba con el médico Martín Vigil que era el capitán médico. Se fue porque no tuvo más remedio. No fue por ideología sino porque no había dinero.

¿Temió alguna vez por su vida?

Contaba que una vez lo enterraron vivo. Lo confundieron con un cadáver y se dieron cuenta cuando iban a echarle la tierra encima. En ese momento uno dijo que el Sánchez se movía y le sacaron.

¿Cuál fue la reacción cuando llegaron a España?

Cuando volvieron a Barcelona los metieron en vagones tapados y los mandaron a sus respectivos pueblos para que nadie los viera. Daba vergüenza que España hubiera vendido la colonia.

¿Creen que han sido poco reconocidos?

Con el tiempo les dieron una pensión, que era de lo que vivía porque perdió todo lo que tenía. Los homenajes tenían que haber venido cuando estaban vivos. Ahora no tiene mucho sentido.

Bio. Manuel Sánchez Vergantiños es el único hijo vivo de Bernardino Sánchez, uno de Los últimos de Filipinas. Lleva 40 años en Valladolid y perteneció al ejército. Luchó en la revolución del 34 y en la guerra civil y «nunca» pegó un tiro.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento