China reconoce que la explosión de una central química contaminó el agua de toda una ciudad

La Administración Estatal de Protección Medioambiental de China (SEPA) admitió el miércoles, tras días de secretismo, que la explosión de una planta química contaminó el río Songhua (noreste del país), lo que confirmó los rumores de los últimos días que habían desatado el pánico en esa región.
Nueve millones de personas viven en la ciudad del río contaminado (Reuters).
Nueve millones de personas viven en la ciudad del río contaminado (Reuters).
Reuters
Nueve millones de personas viven en la ciudad del río contaminado (Reuters).

"Tras la explosión de la Compañía Petroquímica de Jilin (el 13 de noviembre) se han encontrado rastros de polución por benceno, tóxico para el ser humano, en el río", destacó un responsable de la SEPA citado hoy por la agencia oficial china, Xinhua.

Tras la confirmación, expertos medioambientales han descargado parte del agua del río en un embalse de la zona y, según la SEPA, el nivel de contaminación está "descendiendo". El Gobierno chino optó en principio por el secretismo en torno al tema, cuando ayer, martes, anunció que el suministro de agua de la ciudad de Harbin (9,3 millones de habitantes) se cortaba durante unos cuatro días "para realizar tareas de mantenimiento".

La repentina decisión desencadenó los rumores sobre la contaminación del agua, incluso un inminente terremoto en la región o presuntos intentos de envenenamiento con cianuro por parte de un perturbado.

El pánico desatado por los rumores hizo que ayer se vendiera toda el agua embotellada en las tiendas de Harbin. "Esto es el caos, nadie sabe lo que está pasando, nos han dicho que por lo menos vamos a estar sin agua más de diez días", aseguró un estudiante americano en Harbin a través de un foro de internet.

Ante esta situación, el Gobierno chino decidió hoy confirmar que el agua está contaminada, aunque eso no despeja todas las dudas, ya que se ignora cómo va a sanearse el suministro y por qué, si el asunto es tan grave, ha manado agua de los grifos de Harbin durante nueve días después del accidente.

Antes del anuncio realizado hoy por la SEPA, los responsables de la fábrica petroquímica de Jilin habían asegurado que la explosión "originó solamente anhídrido carbónico y agua, lo que no contaminó el manantial del río Songhua".

Las autoridades municipales de Harbin decidieron establecer una red de 15 hospitales para tratar a las personas que pudieran resultar afectadas por la contaminación. Además, una orden de los responsables del departamento de Educación estableció el cierre hasta el 30 de noviembre de todas las escuelas, desde guarderías a institutos de secundaria, al no poderse garantizar que niños y jóvenes no bebieran agua del grifo. Las autoridades también prohibieron consumir agua del río Songhua y sus peces.

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