Inquilinos asegurados
A esa cantidad, los Reyzábal y las aseguradoras han pactado sumarle un 20%, 18 millones, por las reclamaciones que tienen que afrontar los dueños del edificio de las distintas empresas que tenían oficinas en el Windsor o que se vieron afectadas por el incendio. Una de estas últimas es El Corte Inglés, cuyo centro comercial anexo al rascacielos tuvo que cerrar durante unos días para arreglar los desperfectos.
Entre los inquilinos de la torre se encontraban la consultora Deloitte, el despacho de abogados Garrigues y la empresa de gestión de infraestructuras Elecnor. Muchos de ellos tenían sus propios seguros para los contenidos de las oficinas.
El coste del derribo, pendiente
Las complejas y lentas tareas de demolición de los restos del edificio Windsor tenían un presupuesto inicial de 17,5 millones. Tras siete meses, el Ayuntamiento las dio por concluidas el pasado mes de septiembre.
Ha sido la institución que dirige Ruiz-Gallardón quien ha corrido con los gastos del desmontaje de lo que quedó del edificio, aunque ahora pasará la factura a la propiedad del rascacielos, los Reyzábal. En el solar, los dueños pueden, y quieren, construir un inmueble de las mismas dimensiones, tal y como los autoriza el Plan General de Ordenación Urbana de la capital.
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