Este extraordinario animal convivió con seres humanos en la provincia de Guagxi, en el sur de China. "Convivió con los humanos en el momento en que los humanos estaban sufriendo un enorme cambio evolutivo", explica el profesor que ha datado los fósiles del Gigantopithecus, el profesor Jack Rink, para dar más relevancia a su descubrimiento.
La investigación en el Gigantopithecus blackii se inició en 1935, tan sólo dos años después del estreno de la primera película sobre la leyenda de un mono gigante que vivía en las selvas africanas.
“El tamaño de estos restos (la corona del molar, por ejemplo, mide cerca de dos centímetros y medio de ancho) ayudó a entender el extraordinario tamaño del primate”, comenta Rink.
El gigante era herbívoro
El estudio de las muestras reveló más tarde que el Gigantopithecus era un herbívoro, y su plato preferido era el bambú.
Algunos creen que el voraz apetito por el bambú del primate le llevó en última instancia a una calle sin salida en la escala evolutiva y a perder su competición contra el ágil humano. Por eso desapareció y, tal vez, a partir de entonces comenzó la leyenda del gorila gigante.
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